diciembre 14, 2024
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junio 17, 2022 | 676 vistas

Francisco Ramos Aguirre.-

El 13 de diciembre de 1934 se divulgó en Tamaulipas la noticia sobre el decreto del modelo educativo socialista en México, emitido por el presidente Lázaro Cárdenas y firmado por los diputados y senadores tamaulipecos Eduardo Morillo Safa, Indalecio de la Garza, Praxedis Balboa, Manuel Tárraga y Francisco Castellanos. Los primeros en inquietarse fueron los grupos católicos, debido a los recientes acontecimientos de la Rebelión Cristera, derivada de la Ley Calles.

En Tamaulipas, la propuesta no era desconocida entre los maestros. En 1924 el gobernador del estado Emilio Portes Gil fundó el Partido Socialista Fronterizo. Además de tratar los problemas agrarios, obreros y políticos, en sus estatutos y declaraciones de principios dedica un breve apartado al rubro educativo. Principalmente refiere la reivindicación del proletariado a través de escuela rural y su principal cobertura en las comunidades campesinas más apartadas: “El problema educacional se estudiará bajo sus siguientes aspectos: físico, intelectual y moral, y para su solución, el Partido Socialista Fronterizo hará intensa propaganda, para la difusión de la enseñanza en todas las ciudades, pueblos, villas, congregaciones y rancherías, dedicará proporcionalmente parte de sus recursos pecuniarios a la fundación de escuelas rurales, industriales, para adultos y para niños pobres…”.

El ambiente sobre el nuevo modelo educativo comenzó a inquietarse desde el 23 de septiembre de 1934, durante una asamblea agraria de la llamada “Nueva Liga de Campesinos”, se aprobó por mayoría la inclusión de la escuela socialista: “…después de un fogoso discurso del emisario capitalino Praxedis Balboa,” quien para entonces se había distanciado de su relación política con Emilio Portes Gil.

Una vez aprobado el decreto, los simpatizantes y pregoneros del gobernador Rafael Villarreal, vislumbraron un futuro político incierto y trataron de aplicarle a su jefe Villarreal un barniz ideológico, ajeno a sus convicciones de acuerdo a las tendencias socialistas del próximo Gobierno federal. “Se ha tenido confianza por los gobiernos revolucionarios, como el que preside el Dr. Rafael Villarreal, con quien, dentro de un campo genuinamente socialista, ha hecho fe de profesión revolucionaria para dar a los irredentos y los parias, pan, tierra y libertad.”

La inminente aplicación de la ley produjo efectos diversos, como las reacciones de un grupo de padres de familia de Ciudad Victoria, quienes comentaron que, de acuerdo a noticias provenientes de Tampico, el Gobierno federal marcaría a los niños de las escuelas primarias de la localidad: “…porque son propiedad de la nación.” Estos y otros rumores, inquietaron a un sector social de la comunidad escolar.

En 1935, fue inaugurada la Escuela Primaria Redención del Proletariado en la colonia Mainero. Su primer director fue el maestro Luis Castro Bermúdez, quien desde sus primeros años profesionales se distinguió por su ideología progresista, incluso en contra del gobierno. En septiembre de 1927 fue aprehendido por la policía, al terminar de pronunciar un discurso en la Plaza de los Héroes con motivo del aniversario de la independencia.

En pleno apogeo de la educación socialista, se abrieron otras escuelas primarias con nombres alusivos a la llamada lucha de clases. En Matamoros la Escuela para Trabajadores Ricardo Flores Magón. Una de las maneras de adoctrinamiento, consistía en cantar el Himno Internacional, mientras en las Escuelas Normales Rurales era obligatoria la lectura del Poema Pedagógico de Antón Makarenko.

En la escuela Emiliano Zapata de Camargo, Tamaulipas, los maestros Tomás Peña Rodríguez y Antonio Cadena, egresados de la Escuela Regional Campesina de Tamatán, promovían en las aulas la entonación de la Internacional Socialista y declamaban poemas de corte socialista. De igual manera: “…en el teatro aire libre donde se realizaban las ceremonias escolares, existía en la pared una gran pintura de hoz y el martillo.”

Desde noviembre 1934, operó en Tamaulipas el Instituto de Orientación Socialista, dirigido alternativamente por los maestros de los planteles y misioneros culturales. La mayoría de los profesores rurales, incluso los egresados de normales urbanas simpatizaron con el proyecto. En Nuevo Laredo y Matamoros, las pláticas de adoctrinamiento se transmitían a través de la radio.

De igual manera en los planes de estudio se incluyó la materia: “Geografía Económica de Tamaulipas.” Por ese tiempo surgió en la Capital tamaulipeca la Unión de Padres de Familia, constituida en el Salón de Canteros.

A principios de 1935 se creó la Unión Magisterial del Sur de Tamaulipas fundada en Tampico. Se trataba de una organización gremial precursora del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación SNTE, creada con el propósito de reivindicar a los maestros y luchar por un mejor salario. Esta organización se extendió rápidamente a Victoria, Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo y Mante.

En mayo de 1935, los profesores Eutimio Martínez Lara y Modesto Rodríguez formaron el Frente Único de Maestros Socialistas “Grupo Llera.” En la escuela de Tamatán se fundó ese mismo año la Federación de Estudiantes Socialistas Campesinos de México, una notable organización de izquierda de las escuelas normales rurales en México, en la cual participó activamente el profesor lagunero José Santos Valdés.

A los maestros rurales, sindicatos y ligas campesinas el gobierno los adoctrinó con un Credo Socialista: “…nació al estampido de las carabinas, al calor de las huelgas y la organización del Ejido. Padeció bajo la explotación del Clero, los malos gobernantes y explotadores burgueses. Fue amenazada y disuelta muchas veces por los tiranos. Creo en la Solidaridad, la Santa Causa del Pueblo, la Comunión de las Ideas, la Fraternidad Universal, el exterminio del Clero, la Redención de los Pobres y la Vida Perdurable de los Pueblos Libres.”

En 1937 se realizó en Victoria un Congreso Magisterial con la participación de numerosas maestras, quienes trataron asuntos relacionados con sus actividades sindicales y educativas, surgiendo la Federalización de la Enseñanza de Tamaulipas. A principios de 1938 el gobernador Gómez hizo un balance del ramo: 16 zonas escolares, 549 escuelas federalizadas, 366 escuelas federales y particulares, además de dos secundarias en Matamoros y Nuevo Laredo, una prevocacional en Tampico, Escuela Industrial Álvaro Obregón y Escuela Regional de Agricultura de Tamatán.

Al final del informe dejó claro el respeto a la jerarquía ideológica del general Lázaro Cárdenas: “…y así querré gobernar en 1938, haciendo que nos encaminemos a la realización de los ideales del socialismo universal, por los senderos de nuestra propia democracia constitucional.”

Al final del sexenio de Lázaro Cárdenas, el modelo de educación socialista había logrado sus objetivos de promover la ilustración socialista, deslindarse de la escuela clerical y combatir la ignorancia, sobre todo en el medio rural. Sin embargo, como dice Héctor Aguilar Camín: “…en esto, como en la mayor parte del proyecto cultural cardenista, el giro hacia la moderación fue desarmante. Para 1940, la prudencia había nublado el lenguaje original y diluido la radicalidad cultural de sus propósitos.”

Marte R. Gómez permaneció siempre fiel al proyecto cardenista en abono a su disposición de apoyarlo para asumir la gubernatura de Tamaulipas. Gracias a este modelo educativo las comunidades campesinas, obreros y jornaleros lograron acceso a una formación escolar.   

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