Redacción.-
Las luces tenues, los murmullos de un auditorio con cientos de personas y solo un piano en el centro del escenario fueron la antesala de lo que sería una velada llena de notas musicales que años atrás fueron tocas por grandes compositores y músicos de la talla de Frédéric Chopin o Ludwig van Beethoven.
En punto de las siete de la tarde el pianista Mateo Hurtado Castillo hizo acto de presencia ante los victorenses que acudieron a su primer concierto en tierras tamaulipecas; un evento que representa el inicio de sus presentaciones presenciales tras dos años de pandemia.
Con solo 13 años, Hurtado Castillo, quien portaba un traje azul que contrastaba con el tono negro clásico de su piano, ofreció un saludo a su público antes de iniciar las primeras notas de un programa mediante el que llevaría a los presentes por diversas épocas y estilos musicales.
Acompañado durante toda su presentación por un pequeño peluche de Sobble, su Pokemón favorito, Mateo ofreció un recital compuesto por Sonata en Do Mayor de Domenico Scarlatti, Sonata Op.2, No1, I Mov. De Ludwing van Beethoven, así como Estudio en Fa menor de Frédéric Chopin.
Siguió con Fantasía Impromptu también de Chopin y luego hubo un pequeño intermedio; a su regreso al escenario siguió con Frédéric al tocar Nocturno en Do sostenido menor y al finalizar se retiró unos segundos para volver portando una tradicional cuera tamaulipeca como homenaje a sus raíces.
Con esta prenda procedió a interpretar Scherzino Mexicano de Manuel María Ponce, Danza de la moza donosa de Alberto Ginastera así como Malambo del mismo compositor. El último tema del programa fue Preludio No 1 de George Gershwin, aunque para deleite del público Mateo ofreció dos piezas más.
Al finalizar su presentación, el joven pianista fue aplaudido de pie por los victorenses que acudieron al Auditorio del Centro Cultural Tamaulipas. Antes de dejar el escenario, aún portando su cuera, Mateo dio las gracias a los asistentes e indicó estar contento de haber podido realizar un concierto en la Capital.