mayo 7, 2024
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agosto 17, 2022 | 137 vistas

Arnulfo Mata Huerta.-

Víctor Hugo Castillo Betancourt, gran campeón de los Guantes de Oro en los Pesos Mosca y otros títulos más que tiene en el deporte de “las orejas de coliflor”, a sus 64 años recuerda con nostalgia aquellos tiempos cuando el box amateur se promocionaba activamente en esta Ciudad Capital.

Dice: “En 1978 fui campeón de los Guantes de Oro, el cinturón se lo gané a Guillermo “Borregita” Balderas que era del barrio El Pitayal, fue en una pelea de seis asaltos”.

Este reportero, que ya laboraba en El Diario de Victoria cuando se trabajaba en el sistema caliente, no fue a cubrir el combate por estar checando datos en un juego de softbol que se efectuaba por la noche en el Praxedis Balboa.

Agrega que dicho combate se realizó en la Plaza de Toros Victoria y Victor Hugo se adjudicó dicho torneo de Los Guantes de Oro por decisión unánime.

Recuerda compañeros de su camada como Mauro Ruiz, que también hizo historia en el boxeo capitalino, así mismo a Daniel González.

Nos informa que ya reinició sus entrenamientos en su rústico gimnasio del 000 ceros Allende donde adiestra a sus alumnos que acuden diariamente para aprender lo más elemental de este deporte.

Dice Víctor Hugo que las sesiones son de lunes a viernes a partir de las siete de la tarde para finalizar a las 21 horas.

De momento el número de chavos es muy reducido, pero conforme pasen los días se espera lleguen más jóvenes a las prácticas.

Desde su silla de ruedas checa los constantes entrenamientos, como calentamiento, golpeo al costal, el golpeo a la gobernadora como el manoteo y otros aspectos que son muy necesarios en este singular deporte que se practica en Victoria desde por allá de 1945 más o menos.

Víctor está en sillas de ruedas por haber sufrido un accidente carretero, pero esto no le impide entrenar a los jóvenes de la popular colonia Obrera.

Con material rústico porque no recibe ayuda de las autoridades deportivas de Victoria, Víctor Hugo da sus prácticas con entusiasmo y dedicación esperando en Dios que algo salga bueno de los nuevos fajadores del cuadrilátero victorense.

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