Francisco Ramos Aguirre.-
Cd. Victoria, Tam.-
Así los calificó un periódico local de Tampico, después de la magistral escenificación de la obra En Un Burro Tres Baturros a finales de septiembre de 1951. Narra la crónica que desde temprana hora a pesar de un terrible aguacero, el público jaibo abarrotó el Cine Tampico para estar en la función donde asistió la señora María Terán de González.
“La obra comenzó tras las bambalinas con unas coplas cantadas del Maestro Jorge Mairoz, y en el escenario aparecía una Hacienda del Centro de México actual. Octavio González “Chacho” fue el primer actor que el público contempló (…) La actuación de Alfonso Pesil Tamez en el difícil papel del hacendado español millonario Don Santiago fue la sensación de quienes tuvimos la oportunidad de admirar los dotes artísticos de este cultísimo victorense. Su papel en el segundo y tercer acto hizo reír a la gran mayoría de los concurrentes.”
Como hemos dicho, otro de los espacios teatrales era el Auditorio del Palacio Federal, que se convirtió en espacio alternativo para los victorenses aficionados a las artes escénicas. Pero sobre todo para los numerosos actores principiantes, surgidos de la escuela y presencia de Mairoz.
El 23 de mayo de 1953, el Heraldo de Victoria anunció el montaje de la obra Una Eva y Dos Adanes en ese lugar, protagonizada por un grupo teatral perteneciente a la Asociación Cultural Matamorense. La comedia en tres actos, planteaba un tema humano que fue “resuelto con Naturalidad.”
Durante el sexenio del doctor Norberto Treviño Zapata (1957-1963), le imprimió a su gobierno un estilo propio. Por ejemplo, se implementaron importantes acciones de políticas públicas dirigidas a fortalecer la identidad, cultura y civismo de la ciudadanía. Una de ellas se refiere a la creación del Conjunto Típico Tamaulipeco; el decreto de aprobación de la cuera como vestuario típico de la entidad y la fundación del Instituto Tamaulipeco de la Juventud e Instituto Tamaulipeco de la Mujer.
A estas dependencias pertenecían las escuelas de artes plásticas, música, danza y arte dramático. Gracias a la contratación de profesionales en cada modalidad, dichos planteles se convirtieron rápidamente en semilleros de artistas y creadores victorenses, formados al amparo de David Celestinos, Ramón García Zurita, Oscar Puente, Miguel Ángel San Germán, Bernardo Espejo y otros personajes provenientes de la capital del país.
De la escuela de teatro surgieron los directores Ofelia de Luna y Manuel Garza, entre otros, quienes continuaron durante varios años en la formación de cuadros en la Casa del Arte y planteles escolares de la Capital tamaulipeca. En febrero de 1961 se presentó en el Teatro de la Universidad la obra en tres actos Luz de Gas de Patrick Hamilton, protagonizada por la actriz y dramaturga Lola Bravo de la Compañía de Teatro del Globo.
La función fue a beneficio de la Colonia del Periodista de Victoria. Los fondos obtenidos de esta actividad cultural se canalizaron a beneficio de la Colonia del Periodista de Ciudad Victoria al norte de la ciudad, en un sector colindante con las Viviendas Populares.
A principios del mes siguiente, señala una nota de la Revista Victoria (febrero-marzo/1961) dirigida por Arturo Mancha, logró gran éxito la obra El Hombre Que Hacía Llover, escenificada en el Teatro de la Universidad de Tamaulipas a beneficio del colegio José de Escandón. La dirección estuvo a cargo de Miguel Montemayor del Grupo de Teatro Experimental de Tampico con actuaciones espectaculares de Elvia López Caballero, Enrique Luengas, Francisco Puebla Vega y Antonio Villalba.
A falta de críticos profesionales de teatro y otras disciplinas en esta localidad, era común que determinados periodistas asumieran esa facultad emitiendo comentarios sobre algunos espectáculos.
Fue el caso de Arturo Mancha Sánchez, quien desde su trinchera en diferentes medios asumió el rol de comentarista de artes dramáticas. Por ejemplo, publicó en la mencionada revista la columna Censura: “Ha Degenerado la Escuela de Teatro en Ciudad Victoria”, donde hace referencia sobre el efímero nombramiento de Alfonso Pesil como Director de la Escuela de Teatro o de Arte Dramático entre septiembre de 1960 y febrero de 1961. Dicho plantel operaba en la calle Hidalgo 14 y 15 acera norte.
En sustitución de Pesil y por indicaciones de Consuelo Cantú -funcionaria del Instituto-, fue nombrado en su lugar el actor regiomontano Armando Cadena, quien según Mancha: “…faltaba y faltaba a sus clases sin que se le suspendiera, pues atenido a su fama nadie lo iba a molestar.” El periodista se lanza sobre el actor con una serie de descalificativos que ponen en tela de duda la calidad moral del mencionado personaje.
De esta manera, una vez institucionalizada la actividad teatral en Victoria, inmediatamente surgieron los problemas, intrigas y habladurías entre el gremio.
Gracias a la formación de nuevos cuadros de artistas y directores, entre ellos Ofelia de Luna y Manuel Garza, se configuró una nueva corriente teatral en la Casa del Arte, donde complementaban sus estudios alumnos de la Escuela Normal. En 1962 se presentó en el Teatro de la UAT la obra Nuestra Natacha del dramaturgo español Alejandro Casona, bajo la dirección de Manuel Garza. La actuación principal estuvo a cargo de Amelia Montelongo, además de los artistas locales Renato Filizola, Susana Ariza, Beba Anaya y Martha Montemayor.
Manuel Garza Vázquez terminó la preparatoria en la Escuela Secundaria, Normal y Preparatoria de Tamaulipas (1960). Entre 1961-1967 estudió teatro y declamación con los maestros Armando Cadena, Jaime Mansur, Armando Bichir (ANDA), Miguel Ángel San Román, Alfonso Pesil Tamez, y otros.
En Puebla concluyó un curso de dirección teatral y en Pachuca, Hidalgo, tomó un curso sobre declamación y composición dramática. Impartió clases de teatro en la Escuela Normal y Preparatoria y Casa del Arte. Más adelante dirigió la obra Las Cosas Simples de Miguel Ángel San Román.
En ese tiempo, Ofelia Luna Salas puso en escena las obras Por un Paraguas; El Diablo va de Compras y Los Lunes Salchichas de Alfonso Pasos, entre otras piezas presentadas en el Teatro de la Universidad. En las dos últimas participaron Eleno Vogel Silva y Bertha Antonia Hernández Martínez, quien recuerda que en esos años era alumna de la Escuela Normal de Educadoras y estudiaba teatro en la Casa del Arte, bajo la conducción de Alfonso Pesil y Ofelia de Luna.
Luna, de tierras veracruzanas dedicó gran parte de su vida a la formación de artistas locales. Llegó a la Capital tamaulipeca en 1960 y se inscribió en la Escuela de Teatro del Instituto Tamaulipeco de la Juventud y la Mujer, recién fundado por el gobernador Treviño Zapata.
Estudió teatro en la Ciudad de México con los maestros Emilio Carballido, María Elena Cueto y Alejandro Bichir. Por varios años hasta su jubilación en 2008, fue directora del grupo teatral de la Casa del Arte; convirtiéndose en una de las promotoras del Concurso Estatal de Teatro Maestro Rafael Solana.
Por todo podemos afirmar que Mairoz, Pesil Tamez y particularmente la Escuela de Teatro representaron las bases para implementar la educación teatral en Victoria.