Lic. Ernesto Lerma.-
Este filme de acción y aventura de mucha comedia con Jamie Foxx traza un mundo que se insinúa potente en su imaginario, pero al que nunca consigue sostener apropiadamente desde el diseño de sus personajes, al menos el casting es pura y caótica perfección, pero es casi lo único que le ha salido bien a esta disparatada propuesta de Netflix.
La primera secuencia de “Turno de Día” es tan simple como potente: lo vemos a Bud (Jamie Foxx) haciendo lo que parece ser el simple trabajo de limpiador de piscinas, para luego darnos cuenta de que no es un simple laburante. Pronto él irrumpirá en un hogar vecino, donde se revelará como un cazador de vampiros, a los que combatirá y exterminará con singular destreza.
En apenas unos minutos, la película de J.J. Perry se encarga de presentar a su protagonista, pero también a un universo que luce tan caricaturesco en su violencia como vibrante en sus posibilidades. Pero esos primeros minutos son por lejos los más lúcidos de “Turno de Día”, aunque su primera mitad no deja de ser atractiva. Allí nos va quedando claro que Bud anda con severos problemas económicos y que en el lapso de apenas una semana debe juntar el dinero suficiente para pagar la cuota escolar y el arreglo dental de su hija.
También que está separado de su esposa, quien incluso está pensando en mudarse. Y que en ese Valle de San Fernando que él habita, los vampiros están siempre acechando, divididos en razas y hasta hay todo un negocio alrededor de su caza, que incluye un Sindicato con normas y procedimientos, y del cual Bud ha sido expulsado por mal comportamiento.
Dentro de ese submundo plagado de reglas, mitos, héroes y villanos, es que Bud terminará enfrentado casi involuntariamente contra una poderosa vampira (Karla Souza) y solo con la ayuda de un puñado de aliados circunstanciales, entre ellos un veterano cazador (Snoop Dogg) y un inexperto empleado del Sindicato (Dave Franco) puesto a controlarlo. La premisa en la trama del filme puede no parecer particularmente original, pero ciertamente es entretenida.
El cazador de vampiros Bud (Jamie Foxx) necesita seguir las reglas del Sindicato para ganar suficiente dinero para evitar que su esposa se mude con su hija. Para asegurarse de que no viole las reglas del Sindicato, el jefe envía al representante del mismo, Seth (Dave Franco), para que se asocie con él en acción. Solo que los vampiros han cambiado, y juntos, Seth y Bud deben evitar que esta nueva especie, liderada por Audrey, se apodere del mundo, o al menos del Valle.
Parte del cine gore es cursi, pero funciona de esa forma clásica del B-horror. La mayoría de los ritmos son predecibles, al igual que algunas de las revelaciones, pero es lo suficientemente agradable como para que no te importe el hecho de no estar al borde de tu asiento. “Turno de Día” no es la mejor comedia de terror de vampiros que encontrarás, “Lo que hacemos en las sombras” (2012) se lleva el premio en esto, pero es perfectamente visionable.
Mi 7 de calificación a esta divertida como entretenida cinta, porque si la presentación general de ese escenario ficticio es donde la película se muestra cómoda y eficiente, distinto es cuando debe delinear los conflictos particulares de los personajes, que son diminutos en relación con el contexto que habitan y lo que pedía la narración. En especial en la confrontación de Bud con su deslucida antagonista, cuyos motivos son apenas insinuados.
Y es que nunca nos queda muy claro cuánto poder tiene y cómo piensa concretar sus ansias de dominio, además, (aunque interpretada por la mexicana Karla Souza) jamás consigue salir de lo estereotípico. Algo similar sucede con los tonos que maneja el relato, todo eso lleva a que la propuesta de “Turno de día” se vaya deshilachando, hasta arribar a un cierre desprolijo y apurado.
Allí, justo cuando más deberían conectar con el espectador, dejan de importar cabalmente los personajes y todo se hace demasiado rutinario. Lo que queda entonces es un filme que insinúa una estructura grande, quizás a completar en hipotéticas y futuras entregas, pero cuya puesta en forma termina siendo pequeña, ya que nunca va más allá de una superficie algo juguetona, pero previsible.
La comedia de terror ciertamente se inclina más hacia el primer término de su género, con humor de payasadas que se las arregla para salirse con la suya sin ser demasiado irritante. Una gran parte del éxito del humor de la película se debe al compromiso y la conciencia de Foxx sobre el tipo de película en la que se encuentra.
“Turno de Día” no tiene el equilibrio más delicado del mundo: el humor es el humor y el corazón es el corazón, y rara vez se encuentran las dos juntas. Sin embargo, hay suficiente acción y franqueza para equilibrar los chistes; la comedia de terror ciertamente se inclina más hacia el primer término de su género, con humor de payasadas que se las arregla para salirse con la suya sin ser demasiado irritante.
Mientras que los dos primeros tercios del filme avanzan a muy buen ritmo, el último se detiene bruscamente cuando la explicación absorbe todo el aire de la película. Son muy interesantes las secuencias de acción, con formidables peleas bien coreografiadas al milímetro, mucha sangre y decapitaciones y un humor muy bestia para animar el final del verano.