Carlos III prometió ayer servir “toda la vida”, como su difunta madre Isabel II, a unos británicos de luto por la muerte de la icónica reina y que abrazaron al nuevo monarca con gritos de “¡Dios salve al rey!”.
Mi amada mamá”, cuando cumplió 21 años, “se comprometió (…) a dedicar su vida, ya fuera corta o larga, al servicio del pueblo”, recordó el rey en su primer discurso a la nación, grabado en el Palacio de Buckingham y retransmitido por televisión.
Yo les renuevo hoy esa promesa de servicio durante toda la vida”, agregó Carlos III, de 73 años, comprometiéndose a defender “los principios constitucionales” del reino.
Miles de personas lo habían recibido con una ovación a su regreso a Londres desde Escocia, 800 km al norte, donde Isabel II falleció el jueves con 96 años en el Castillo de Balmoral.
“¡Dios salve al rey!”, gritó la multitud, cuando Carlos III bajó junto a su esposa, la reina consorte Camila, del Rolls Royce oficial que los llevó desde el aeropuerto hasta las verjas de Buckingham, donde se izó por primera vez para él el estandarte real.
Convertido automáticamente en rey a la muerte de su madre, será oficialmente proclamado monarca hoy.
El Consejo de Ascensión se reunirá a las 10:00 (hora local) en el Palacio de San Jaime y la proclamación se leerá en público una hora después desde un balcón, antes de repetirse en otros lugares emblemáticos.
Carlos III anunció el nombramiento de su hijo Guillermo, de 40 años, como nuevo príncipe de Gales. Su esposa Catalina será princesa de Gales, título no utilizado desde la muerte en 1997 de Lady Di.
En su discurso, el nuevo monarca también expresó su “amor” a su hijo menor, Enrique, de 37, y la esposa de éste, la exactriz estadunidense Meghan Markle, que “continúan construyendo sus vidas en el extranjero”.