Rogelio Rodríguez Mendoza
El gobernador electo, Américo Villarreal Anaya, denunció que el gobierno actual sigue poniendo obstáculos al proceso de entrega-recepción, cerrando las “puertas” de instancias como la oficina del Gobernador, la secretaría de finanzas y la contralora, lo que ha ocasionado que apenas se lleve un avance del 25 por ciento en los trabajos cuando ya deberían Janet alcanzado un 50 por ciento.
En conferencia de prensa, el morenista lamentó la situación porque los tamaulipecos merecen conocer con transparencia la situación que guarda la administración pública del estado.
“A 18 días de concluir el proceso de entrega-recepción, la información ha sido insuficiente y lenta porque no hemos tenido acceso total a las dependencias, ni a los organismos públicos descentralizados», indicó.
Por esa razón, hizo un llamado al gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca a que facilite el acceso a la información pública.
Villarreal Anaya advirtió que, no tener la información suficiente podría provocar también, que al inicio de la nueva administración estatal, se vayan a paralizar diversas responsabilidades institucionales, que tienen que ver con el tema de salud, educación, y hasta con servicios que prestan las oficinas fiscales.
Ello, dijo, porque en el caso de las Oficinas Fiscales se sabe que están desmantelando los equipos de cómputo para devolverlos a los proveedores lo que ocasionará que, el tres octubre no haya sistema y no se pueda atender a la ciudadanía.
“Eso es mala leche”, acusó.
Por otra parte, el mandatario electo aseguró que la impugnación del PAN al resultado de la elección por la gubernatura no va a prosperar.
Señaló que, el argumento de que hubo violencia generalizada el día de la jornada electoral, fue desechado la semana pasada por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, al resolver 14 recursos de impugnación en distritos electorales y lo mismo sucederá con la impugnación a la elección estatal.
Refirió que el PAN trata de mantener en los tribunales la misma guerra sucia que practicó en campaña, que incluyó difamación a su persona y su familia.
