La sudoración excesiva o hiperhidrosis, aunque no suele representar una amenaza grave para la salud, es un problema serio para las personas que la padecen debido al costo social y psicológico que implica esta condición.
Los individuos que viven con hiperhidrosis pueden llegar a sentirse avergonzados y angustiados cuando la sudoración excesiva se hace evidente, lo que podría impactar de manera importante en su seguridad y confianza, por estas razones, buscar formas de aliviar, disminuir, o no hacer tan evidente esta situación, es la preocupación principal de las personas.
¿Por qué sudamos?
La sudoración es un proceso completamente normal y necesario para nuestro organismo, cumple con la función fundamental de regular la temperatura, especialmente cuando hace calor o durante el ejercicio. Esto también se puede producir ante situaciones de estrés y emergencia.
Nos explica Harvard que este proceso está bajo el mando del sistema nervioso simpático, el cual es el encargado de activar a las glándulas sudoríparas a través del mensajero químico acetilcolina.
Al hacerlo, estas últimas producen el sudor, el cual llega a la superficie de la piel y una vez ahí este se evapora, lo que finalmente permite la pérdida de calor.
¿Qué sucede en la hiperhidrosis?
Comúnmente las personas con hiperhidrosis producen varias veces más sudor de lo normal porque son particularmente sensibles a esta señal, lo que puede implicar un aumento en la estimulación simpática.
Existen dos tipos de hiperhidrosis, la focal y la generalizada. En el primer caso, la sudoración excesiva se da en determinadas zonas, siendo las más comunes las axilas, palmas de las manos, plantas de los pies, pecho, cara e ingle.
Por su parte, la generalizada afecta casi toda la superficie corporal y comúnmente es de origen desconocido, aunque en algunas ocasiones puede ser un signos de afección hormonal, infección, un cáncer o un trastorno de ansiedad que requiera tratamiento. Pero para que haya un diagnóstico de por medio, debe visitar a su médico.
La sudoración excesiva no es peligrosa sino simplemente vergonzosa e inconveniente.
¿Cómo puede tratarse la hiperhidrosis?
Puedes recurrir a algunos remedios caseros para aliviar este problema, te contamos de qué se tratan a continuación.
Antitranspirantes tópicos con sales de aluminio
Nos indica Harvard que la primer línea para tratar la sudoración excesiva cuando se trata de axilas, manos y pies, es el uso de antitranspirantes tópicos con sales de aluminio, como el cloruro de aluminio.
«La sal de aluminio irrita la glándula sudorípara y hace que se hinche, impidiendo que el sudor se vaya. Las personas que sudan en exceso generalmente necesitan antitranspirantes con 10% a 15% de sales de aluminio».
Se indica que esto es más eficaz cuando se aplica todas las noches y se debe enjuagar por la mañana. Para su uso se recomienda leer las instrucciones del producto o asesorarse con un experto en salud.
Elige ropa adecuada
Una vez producido el sudor, este se evapora, es decir, pasa de líquido a gas, por lo cual, elegir que tu ropa esté compuesta principalmente por materiales que permita que este proceso se lleve a cabo es indispensable.
De esta manera, prefiere la ropa hecha de fibras naturales como el algodón, lana o lino que permiten la evaporación de sudor, asimismo, las prendas que son más “sueltas” propician el espacio suficiente para que la ropa no roce directamente con el sudor y este pueda evaporarse.
Por otra parte, las fibras sintéticas, como el poliéster, no permite que el sudor se evapore y normalmente suele pegarse a la piel, lo que implica que haya menos espacio para que el aire circule.
Almohadillas para absorber el sudor de axilas
Existen productos de venta libre que se conocen como almohadillas para sudor o toallas protectores absorbentes que están fabricadas para colocarlos en la parte de la axila de tus playeras, camisas o blusas. Su función simplemente se basa en absorber el sudor producido y evitar que este se pase a tus prendas.
Finalmente, si estás insatisfecho con los resultados, puedes preferir consultar a un experto en la salud, que tendrá la facultad de recomendarte otro tipo de tratamientos que solo pueden ser recetados y/o aplicados por ellos y que pueden tener un efecto mayor.