El fiscal de Nuevo León, Gustavo Adolfo Guerrero, renunció a su cargo este miércoles, dos años antes de finalizar su periodo como funcionario, dejando en el recuerdo reciente de los regiomontanos dos casos polémicos que le valieron críticas de la sociedad y hasta del gobernador.
Guerrero fue criticado recientemente por los casos de Debahi Escobar y Yolanda Martínez, dos jóvenes mujeres que desaparecieron y fueron asesinadas con poco más de un mes de diferencia. Incluso, Mario Escobar, el padre de Debanhi, pidió en repetidas ocasiones que el fiscal fuera removido de su cargo por aparentes irregularidades en las investigaciones.
Ambos sucesos ganaron relevancia nacional y dentro del estado se organizaron protestas para encontrar a las mujeres y posteriormente, volvieron a darse movilizaciones para exigir justicia por sus fallecimientos, todas terminando en las puertas de la Fiscalía General de Justicia del Estado.
La joven de 18 años fue reportada como desaparecida el 9 de abril, tras acudir a una fiesta en la zona de Nueva Castilla, en Escobedo y fue hasta el día 21 de ese mes cuando se localizó su cuerpo dentro de una cisterna ubicada en un motel, cerca de donde fue vista por última vez.
De acuerdo con la primera versión de la fiscalía, su muerte se dio por una caída, sin embargo, tras exhumar su cuerpo y realizar una segunda necropsia, se determinó que su fallecimiento no se dio por una contusión, sino debido a asfixia por sofocación.