En medio de tanta estrella y alrededor de tanto talento, fueron los porteros, el italiano Gianluigi Donnarumma del París Saint-Germain, y el griego Odysseas Vlachodimos, del Benfica, los que acapararon la atención de un duelo de la Champions League con alternativas que pudo ganar cualquiera por ocasiones y que terminó en tablas 1-1, al gusto de ambos.
Fue el internacional transalpino el que salió al paso de las buenas ocasiones del representante portugués. Sobre todo en la primera parte y en el tramo final del encuentro. Respondió al desafío Vlachodimos, con menos repercusión que su colega pero oportuno en el momento adecuado.
Lejos de acusar el impacto por la visita del PSG, el Benfica abordó sin complejos el duelo por el liderato del Grupo H. Lusos y franceses habían sacado adelante sus respectivos compromisos en las jornadas anteriores y en juego estaba medio billete para octavos para el ganador. Por eso impuso un ritmo alto el equipo de Roger Schmidt y le salió bien al principio.
Tuvo que dejarse ver Gianluigi Donnarumma que sostuvo al campeón francés en muchos momentos de la primera parte. En los clave. Salió al paso a una ocasión inicial de Gonçalo Ramos que detuvo en dos tiempos. Y otra después de David Neres, a mano cambiada. Pero cuando mejor estaba el conjunto local sacó el talento de su chistera el PSG. El triángulo mágico entró en acción.
Messi inició una jugada, encontró a Kylian Mbappe y éste a Neymar, que devolvió al argentino. Desde la frontal, Messi ejecutó un tiro suave, colocado, imposible para Vlachodimos.
Tuvo su oportunidad el Benfica, en el tramo final, en una buena acción de Rafa Silva que se topó, otra vez, con Donnarumma poco antes de enfilar el tramo final para asumir como positiva la igualada que mantiene al mismo nivel en la tabla al conjunto portugués y al francés, que se disputarán el primer puesto en las jornadas venideras.