El mundo de las apuestas está en constante evolución, estamos viviendo un auge sin precedentes en el mundo de las apuestas deportivas y todas las previsiones no hacen más que indicar que este fenómeno va a ir a más según pase el tiempo. Existen multitud de páginas como apuesta luckia, dónde los fanáticos de cada deporte pueden hacer todo tipo de movimientos, desde apostar en un partido de fútbol hasta pasar por una carrera de caballos que hasta hace no mucho tiempo, muchos probablemente no supieran ni que se celebraban, es un mercado en clara expansión y que cada año sigue creciendo y moviendo cientos de millones de euros.
Apostando desde cualquier lugar
Desde el siempre presente teléfono móvil, se puede aumentar el compromiso emocional y, lo que es más importante, financiero, con cualquier juego o partido, pero también se expone a riesgos alarmantes. Si se ha desplazado por los feeds de las redes sociales o se ha sintonizado para mirar el día del partido, probablemente se haya visto inundado con promociones de oportunidades de apuestas «sin riesgo» y «sin complicaciones» en las casas de apuestas deportivas en línea. Los anuncios posicionan las apuestas deportivas como una forma fácil y divertida de participar en el juego y socializar con tus amigos, no muy diferente de la liga de fútbol de fantasía en la que estás.
Pero esto no es solo un juego. Tiene consecuencias graves en la vida real para millones de personas, y se debe exigir más educación, regulación y responsabilidad para mantener a las personas seguras. No se debería esperar a que las apuestas deportivas online se conviertan en un problema; es necesario presionar para que los operadores y los gobiernos estatales tomen medidas preventivas ya que conlleva un riesgo si se hace sin medida y son muchos los que se ven sin nada realizando malas apuestas y puede llegar a ser una enfermedad grave.
Altos beneficios pero pocas reglas en las apuestas deportivas
Pongamos como ejemplo la Super Bowl, que probablemente sea el partido que más millones mueve antes, durante y después del evento.
Más de 23,2 millones de estadounidenses informaron planes para apostar $4,3 mil millones en el juego. Un récord de 7,6 millones de personas dijeron que apostarían en línea, un 63% más que el año anterior.
El mercado de apuestas deportivas en los EE. UU. generó $1 mil millones en ingresos en 2020, y se prevé que esa cifra se multiplique por seis para 2023. Si las apuestas se legalizan en los 50 estados, los ingresos estimados superarán los $19 mil millones al año. Los nuevos nichos de marketing multimillonarios se expandirán a medida que las nuevas empresas de medios y tecnología compitan por la atención del consumidor.
Muchas personas pueden ganar dinero con las apuestas deportivas, pero hasta ahora, existen pocas leyes u otros controles para proteger a los consumidores de tácticas de marketing engañosas.
La peligrosa relación entre tecnología y juego
En una revisión de más de 140 estudios e informes relacionados con las apuestas deportivas y la adicción al juego, el consejo nacional de problemas con el juego emitió un comunicado que decía: «Investigaciones recientes sugieren que los problemas con el juego pueden aumentar a medida que las apuestas deportivas crecen explosivamente al mismo tiempo que los juegos móviles y las tecnologías en línea evolucionan para crear tipos aparentemente ilimitados de oportunidades de apuestas”.
Algunos aspectos destacados de sus hallazgos son, por ejemplo, que los apostadores deportivos tienen tasas más altas de problemas con el juego que otros jugadores (al menos el doble), y los problemas con el juego aumentan con las apuestas en línea.
Más del 45% de las apuestas deportivas ahora se realizan en línea; esto es problemático porque los juegos de azar en línea están disponibles en cualquier momento, brindando más comodidad y privacidad, y por último, los apostadores deportivos que usan dispositivos móviles tienen una mayor incidencia de problemas con el juego.
En resumen nos encontramos ante una expansión plena de este negocio de las apuestas deportivas, sin embargo, y esto pasa en casi la totalidad de los países dónde las apuestas son legales, debería de ejercerse un control mucho más férreo para que incluso adolescentes no caigan en la adicción, por ejemplo, en España se ha prohibido que las casas de apuestas están a menos de 500 metros de colegios o centros educativos. Este tipo de medidas sirven para paliar la adicción pero queda la duda de hasta qué punto son eficientes cuando la tecnología lo invade todo y la publicidad llega por todas partes.