mayo 8, 2024
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octubre 27, 2022 | 226 vistas

Rogelio Rodríguez Mendoza.-

Cd. Victoria, Tam.-
La zona de galerías del salón de Plenos del Congreso del Estado fue invadida por decenas de religiosos y miembros de la comunidad lésbico-gay. Los primeros en abierta oposición a la aprobación del matrimonio igualitario, y los segundos en defensa del mismo.

Los gritos a coro de, “Viva la familia”, “Viva la familia”, y “Cristo viene y “Cristo vive”, por parte de cristianos y evangélicos, y de “Dios no discrimina” y “Dios es amor”, y “nos vamos a casar, nos vamos a casar” de la comunidad LGBT, retumbaron en lo alto del salón de plenos, desde dos horas antes de que iniciara la sesión ordinaria de este miércoles.

Ante el riesgo de violencia, la Secretaría de Seguridad Pública envió mujeres policías desarmadas, pero su presencia no intimidó a los manifestantes.

Los exlegisladores del PAN, Arturo Soto Alemán y Álvaro Humberto Barrientos Barrón, encabezaron las protestas para oponerse a la modificación al artículo 132 del Código Civil, en el que se estableció que: “quienes contraigan matrimonio deben ser mayores de edad”, eliminando la anterior redacción que establecía que: “para contraer matrimonio, el hombre y la mujer deben ser mayores de edad”.

Del lado de los cristianos abundaron las pancartas con leyendas como “Los niños a tener papá y mamá”, y “por nuestros hijos, el matrimonio y la familia”, mientras que de la otra zona del recinto, se leía, “Saca tu religión de mis derechos” y “La religión te prohíbe a ti, no a nosotros”.

Cuándo la presidenta de la mesa directiva, Alejandra Cárdenas Castillejos, dio por iniciada la sesión ordinaria, logró que los manifestantes callaran sus consignas.

Sin embargo, cuando el morenista Humberto Prieto Herrera leía su iniciativa en tribuna, los religiosos reiniciaron sus cantos, incluso con un alto parlante, y ya no callaron a pesar de los insistentes llamados al orden.

Minutos antes, entre los religiosos circuló una instrucción: “vamos a ‘reventar’ la sesión”. Y lo lograron.

Cárdenas Castillejos determinó que el Pleno se trasladara a la sala de comisiones Independencia, para continuar los trabajos a puerta cerrada. Previo a ello, las mujeres policías y el personal de seguridad del Congreso tendieron un cerco al recinto.

Presionados por la situación tensa, el Pleno aprobó un acuerdo de la Junta de Coordinación Política, para obviar el apartado de iniciativas, y proceder al desahogo de los dictámenes agendados.

El primero en la lista fue precisamente el que reformaba el artículo 132 del Código Civil, para dar paso al matrimonio igualitario.

Mientras la diputada Nancy Ruiz Martínez leía su iniciativa, en la puerta se escucharon fuertes golpes, lo que puso nerviosas a varias diputadas y diputados, que cruzaron miradas entre sí.

La Presidenta de la mesa directiva reiteró su exigencia al personal de seguridad de que resguardara la seguridad del recinto.

En menos de diez minutos los diputados ya estaban votando el dictamen. Lo hicieron por cédula.

Al final, fueron contabilizados 23 votos a favor, 12 en contra y una abstención. No se sabe quiénes apoyaron la reforma.

Cuando afuera los manifestantes se enteraron de la resolución, los integrantes de la comunidad lésbico-gay corearon el, “sí se pudo, sí se pudo”, mientras que los religiosos retomaron los cantos cristianos.

Hubo algunos altercados entre los grupos, al grado de intercambiar insultos, pero sin llegar a los golpes.

Media hora más tarde, el Palacio Legislativo fue desalojado por los manifestantes. Unos lamentando la reforma y otros festejándola.

El resto de la asamblea plenaria transcurrió en calma. Se “atoró” un poco en la aprobación de la minuta de reforma a la Constitución, para permitir que las fuerzas armadas sigan en las calles hasta el 2028, combatiendo la inseguridad pública.

Los diputados acordaron sesionar nuevamente el tres de noviembre a partir de las diez horas.

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