abril 24, 2024
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noviembre 8, 2022 | 253 vistas

Esta película inspirada en hechos reales funciona muy bien cuando se convierte en un relato de acción y mientras pretenda ser una lección de historia. “La Mujer Rey” reúne algunos de los elementos que la agenda en el cine del Hollywood actual mira con más interés, con los personajes negros fuertes y con las mujeres con liderazgo.

Lo hace a partir de tomar la historia real de un ejército de mujeres de un país africano (Dahomey, hoy Benín) que en el Siglo XIX luchaba contra la opresión de otra nación más poderosa, que además negociaba la venta de esclavos con el continente americano. Lo que sí quedó en el deber, amigos de la corrección política, es el reclamo de apropiación cultural.

Y es que el filme cuenta con un elenco hablando una suerte de “africano” mezclado con inglés, liderado por una gran actriz como lo es Viola Davis, tan intensa como siempre. Davis interpreta a Nanisca, la comandante de este ejército que, según el relato dirigido por la cineasta Gina Prince-Bythewood, se entrenaba en un espacio cerrado, sin la presencia de hombres.

“La Mujer Rey”, entonces, sigue en paralelo dos relatos: el primero es el de Nanisca, una mujer cuyo carácter se adivina, pues, como una coraza que esconde algunas marcas y tragedias del pasado; y el segundo es el de Nawi (Thuso Mbedu), una joven que se niega a ser entregada en matrimonio y que por eso es abandonada por su padre en el cuartel del citado ejército.

Esta historia da pie para que la película incorpore el típico relato del camino de la heroína, que pasa de joven inexperta a notable guerrera. Y mientras esto pasa, los caminos de Nanisca y Nawi se irán cruzando hasta límites insospechados. Si uno no se toma demasiado en serio a “La Mujer Rey”, es decir, si uno no intenta tomarla como una lección de historia, funciona bastante bien, porque es una película de acción con secuencias de pelea bastante físicas.

Y es también una película que a sus temas los convierte en narración, por lo que elude bastante los discursos subrayados ya que lo que quiere decir está ahí, en pleno movimiento. Es también una película con un tipo de diseño un poco antiguo, de los tiempos en que Hollywood nos quería pasar por verídicos elementos puramente ficcionales o, sin ir más lejos, invenciones hechas y derechas, como es el caso de la propia Nanisca. En el fondo no es más que una versión un poco más oscura y violenta de la Wakanda de “Pantera Negra”.

Las Amazonas de Dahomey (actual Benín) fueron un ejército femenino que existió en África desde 1600 hasta 1904, y que estaba conformado por mujeres capturadas de otras tribus, dahomienses que se rehusaban a casarse. Los historiadores occidentales las llamaron así por su similitud con las míticas Amazonas en las que se basó el psicólogo William Moulton Marston para crear a la “Mujer Maravilla” en 1941.

Las guionistas Dana Stevens y María Bello toman la historia real de las Amazonas de Dahomey y construyen un guión que bien parece la película sobre la superheroína Nubia en “La Mujer Rey”, una emocionante cinta de acción dirigida por Gina Prince-Bythewood y protagonizada por Viola Davis, en reemplazo de la estrella de origen mexicano Lupita Nyong’o, quien rechazó el papel al enterarse que las guerreras Agojie no eran tan nobles como nos lo muestran.

Esta producción fílmica está dirigida para un público adolescente y adulto, la cinta es pudorosa y se cuida muy bien de insinuar solamente los abusos frecuentes a los que eran sometidas las mujeres en ese tiempo. Sin embargo, no hay ningún recato para mostrar con cruenta elocuencia degollaciones, apuñalamientos, mutilaciones, en las masacres ejecutadas, sin piedad, contra los abusivos que pretenden atacar el reino.

Con una emocionante anécdota cargada de adrenalina, y como una especie de #MeToo primigenio, “La Mujer Rey” celebra el valor de la feminidad, con la que ellas defienden su identidad y su cuerpo, en el nombre de un noble ideal. Es un episodio histórico inspirador, para ellas, y también para ellos.                                                                                                                                                        

Le otorgo mi 8 de calificación a esta más que buena producción cinematográfica hollywoodense que en estos tiempos empodera el poder femenino comandado por Nanisca (Viola Davis), un ejército de mujeres es el encargado de defender el reino de Dahomey de los invasores, que buscan apropiarse del reino y tomarlas para usarlas como mercancía en África del siglo XIX.

“La Mujer Rey” es un emocionante trabajo de ficción sobre un grupo de poderosas mujeres del que se posee muy poca información histórica. Su líder es Nanisca (Viola Davis, estupenda como siempre), una generala fuerte y curtida, que no ha podido superar un pasado muy traumático. Ella le rinde pleitesía al Rey Ghezo (John Boyega), quien la tiene como su mano derecha.

El título de la cinta hace referencia a la tradición Dahomey en la que el Rey puede elegir a una Mujer Rey para que gobierne con igualdad de poder y derecho a la de su contraparte masculina. Entra en escena una Chica Maravilla, con el nombre de Nawi (Thuso Mbedu), una joven rebelde que se rehúsa a casarse con un hombre que no ama y que termina haciendo parte de las Amazonas.

Nawi es entrenada por Izogie (Lashana Lynch), una guerrera veterana, que se convierte en una figura maternal para la chica (los lectores de cómics podrán equipararla con Artemis). Los villanos aquí son Oba Ade (Jimmy Odukoya), el líder de un grupo de mercenarios que colabora con los esclavistas blancos europeos; y Santo Ferreira (Hero Fiennes Tiffin), un esclavista portugués, posiblemente inspirado en la figura histórica de Francisco Félix de Sousa.

Poco a poco se revelarán secretos que, por momentos, convierten a la cinta en casi una telenovela. Sin embargo, el sabio enfoque de Prince-Bythewood en la acción, salva a “La Mujer Rey” de convertirse en un melodrama exagerado.

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