Patricia Azuara.-
Cd. Victoria, Tam.-
Maestro, conductor de noticias, reportero, viajero, amante de la naturaleza y un “devorador” de libros: él es Daniel Espinoza.
“Danny”, como lo conocen en el gremio periodístico, es un activista en pro de la lectura. Creador del proyecto en Tamaulipas “Sembrando Libros”, va por las calles y deja obras “olvidadas” para fomentar la lectura.
Desde hace cuatro años compra y recolecta libros, para después donarlos y así lograr una cadena de lectura, porque es fiel creyente de su poder.
De la mano de una amiga residente de El Mante, iniciaron con este proyecto, que a dos años, ya se expandió en once municipios.
“Me he enterado que personas que se han visto beneficiados con estos libros, ellos mismos han seguido con la dinámica, porque de repente me encuentro libros en la calle, que no son de los que dejo”.
‘EXPORTAN’ LA IDEA
El objetivo de esta iniciativa, dijo, es fomentar el hábito, y que el proyecto se “riegue”, es decir, “no tienen por qué avisarme por ser un representante, no, no, no, que lo sigan haciendo, sin avisarme, que lo hagan de manera natural, porque quién sabe el día de mañana, ya no va a estar uno y qué padre que se quede el legado en el que siguen dejando libros y que al rato se vuelva una tradición”.
Que se conozca Ciudad Victoria, por ser un lugar en el que se distribuyen libros, de una manera u otra, porque, insistió, “el poder de la lectura es muy importante para una sociedad”.
Daniel Espinoza es conductor de un noticiero matutino, amante de la naturaleza y viajero por excelencia. Gracias a sus gustos, “Sembrando libros” llegó a por lo menos ocho estados de la República Mexicana: San Luis Potosí, Querétaro, Veracruz, Ciudad de México, Michoacán, entre otros.
No te podría hablar de una estadística, pero la falta de cultura de la lectura lugares como la Capital de Tamaulipas se palpa, sostuvo.
“Con lo que uno se observa, podemos ver que el ánimo de la lectura no está muy fomentado, ¿por qué? Porque las bibliotecas las ves solas, los establecimientos de ventas de libros no están muy demandados, los establecimientos de libros usados que son una maravilla, están solos, no te encuentras a gente en las plazas”.
Al partir de la observación que también forma parte de un método de investigación, dijo, se muestra que en Tamaulipas no hay fomento de la lectura.
MÁS LECTORES
Creo que en tarde o temprano nos convertiremos en una sociedad lectora, que cada vez sea más común ver a gente con un libro en las manos.
“Que haya gente leyendo, gente donando, actividades de lectura en voz alta en las plazas públicas, en las escuelas que haya clubes de lectura. Hay cosas pequeñas que se pueden hacer, para generar un fuego grande”.
No hay un rubro o un renglón de la convivencia social en el que no tenga que ver la cultura, remarcó. Desde el ámbito gubernamental, aseguró, falta la creación de proyectos que promuevan la lectura.
Daniel creó desde sus pasatiempos y pasiones, un gran proyecto que ya le dejó múltiples satisfacciones. Desde impulsarlo entre sus alumnos hasta en su entorno laboral y familiar.
“Hay mucho por hacer, pero yo siempre he dicho que no tenemos que depender de las autoridades, porque al final somos la misma sociedad que tenemos que hacernos fuertes, y si no nos empujamos nosotros ¿quién?”.
¿CÓMO COMENZÓ?
“Todo empezó con mis alumnos, soy maestro desde hace muchos años, en nivel medio superior y yo ya donaba libros desde hace mucho porque siempre me ha gustado la lectura”.
Agregó, “pero agarró forma hace cuatro años, con un alumno que tenía muy mala ortografía y yo le sugiero que el leer ayuda a mejorarla, le regalo un libro y otros compañeros reconocen que también tienen ese problema, y yo les regalé más libros”.
“Fue tanta la respuesta entre los alumnos, que empecé a comprar libros usados, al ya no darme abasto y gastar mucho dinero, es cuando lanzo una convocatoria en mis redes para conseguir más libros con gente conocida”, detalló.
“Y obtuve buena respuesta, hizo tanto ruido que comenzaron a regalarme libros personas de otros lugares y autoridades educativas, pudimos apoyar a más grupos”.
Pero en 2020, cuando la pandemia llegó al país, se quedó con libros, muchos libros. De ahí nació la siembra de libros “para seguir con esa dinámica que ya no podía porque no había clases presenciales”.
Comienza entonces la siembra de libros, que es dejar “olvidados” en sitios públicos con una leyenda que dice: “el libro es tuyo tómalo”.
Lo importante es que la gente tenga una conexión con los libros, abra la primera página y diga, “ah canijo, esto es para mí”.