Rogelio Rodríguez Mendoza / Francisco Medina Guerrero
Cd. Victoria, Tam.-
Miedo y caos ocasionó la amenaza de detonación de bombas en tres edificios gubernamentales de mucha afluencia en Ciudad Victoria.
Una fue en el Congreso del Estado, previo a la sesión ordinaria, que provocó la suspensión de la plenaria y el desalojo del recinto por parte de empleados, visitas y legisladores.
Minutos después se presentó una amenaza más, esta en la Torre de Cristal, donde se encuentran las oficinas de la Secretaría de Educación de Tamaulipas, la cual también fue desalojada. La tercera fue en el Centro Integral de Justicia.
En el primer caso, la presidenta de la mesa directiva del Congreso del Estado, Alejandra Cárdenas Castillejos, informó que a las 12:30 horas recibió un aviso del C-4, alertando sobre una llamada anónima que reportaba la existencia de un artefacto explosivo en el inmueble, por lo que procedió a activar el protocolo respectivo.
De inmediato se pidió a diputados, trabajadores, periodistas y visitantes abandonar el edificio sede del Poder Legislativo. El desalojo fue lento porque la mayor parte de las personas restaron seriedad a la amenaza; 220 personas en total.
Al momento de los hechos no había un solo diputado de Morena. Presuntamente estaban reunidos en un lugar externo al edificio del Congreso del Estado.
La desocupación del inmueble se dio entre risas e intercambio de bromas entre las personas. Hasta los diputados y diputadas del PAN se mostraban incrédulos, tanto que algunas se dieron tiempo para tomarse fotografías en las que aparecían sonrientes.
Cuando todavía no concluía el desalojo, llegó al lugar una camioneta de la Secretaría de Seguridad Pública, con agentes expertos en explosivos, apoyados por perros entrenados. De inmediato comenzaron la revisión de todas las áreas del Congreso.
Minutos después llegaron también elementos del Ejército Mexicano, con binomios caninos, e igual arribó personal de Protección Civil del Estado.
Diputados, trabajadores y periodistas fueron llevados al exterior del estacionamiento del Congreso del Estado, para que la búsqueda de la supuesta bomba se realizara también en el estacionamiento.
Durante casi una hora y media, se realizó una revisión tanto en el interior como el exterior del inmueble, pero no se localizó el supuesto artefacto explosivo.
En uso de sus facultades como presidenta de la mesa directiva, Cárdenas Castillejos determinó la cancelación de la sesión ordinaria hasta nuevo aviso.
Minutos después, se recibió otra amenaza de bomba en la vieja Torre de Gobierno. Alrededor de 780 burócratas fueron desalojados para que expertos revisaran el inmueble.
En ambos casos las autoridades no encontraron artefacto alguno, y al momento del cierre de la edición no se informó sobre quién hizo ambas amenazas ni sobre el resultado de investigaciones al respecto.
Y para cerrar la jornada, una tercera amenaza de bomba se registró en el Centro Integral de Justicia, con el mismo “protocolo” y resultados: falsa alarma.