Ante el avance del muro que el gobernador de Arizona, Doug Ducey, construye ilegalmente con contenedores de carga en la frontera, organizaciones de la sociedad civil lanzaron un llamado a México para que alce la voz ante los graves impactos que esta barrera tendrá en el libre flujo del agua que corre de norte a sur.
Erick Meza, coordinador fronterizo de Sierra Club, señaló que tanto el Gobierno del Estado de Sonora como el Gobierno de México, deberían fijar una postura sobre las serias implicaciones de este muro, que con las lluvias hará la función de una presa.
“Es muy importante, ya que aquí tenemos un problema muy grande con el movimiento de las aguas, hay acuerdos entre ambas naciones, que debe haber un libre flujo de las aguas en estos lugares, realmente la función que va a tener este muro es como un represo gigante, porque no va a dejar pasar el agua a México, el agua en esta zona fluye de norte a sur”, explicó.
El activista alertó que apilar los contenedores de carga de 6.7 metros de altura, para supuestamente frenar la migración ilegal, en una zona de poca afluencia, es más dañino que el muro construido por Donald Trump, ya que no deja ninguna rendija por donde puedan cruzar incluso especies pequeñas en los corredores biológicos dentro del Bosque Nacional de Coronado.
“Donde está Sierra Vista ahí terminaba, ya pasando la montaña no había muro, solamente la valla que existía antes, es una valla que se le llama de Normandía, era lo que existía, en lo que se llama el Valle de San Rafael, entonces este Valle de San Rafael no tenía muro de Trump, en ninguno de sus lugares, lo cual lo hacía como un corredor migratorio para especies como el jaguar y el ocelote, pues muy importante verdad”, detalló.
A mediados de octubre, el gobernador republicano de Arizona comenzó a colocar los contenedores de carga, sin contar con ningún permiso federal, ni las autorizaciones de impacto ambiental.
La meta anunciada es de 10 millas, poco más de 16 kilómetros, con alrededor de tres mil contenedores y un presupuesto estatal de 100 millones de dólares.
Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica, reveló que las empresas contratistas ya lograron colocar más de 800 contenedores de carga a lo largo de tres millas o 4.8 kilómetros a través de la ladera sur de las montañas de Huachuca.
“Este muro de contenedores de carga es a todas luces ilegal y atenta contra la vida silvestre y el flujo natural del agua de ambos lados de la frontera; la esperanza es que una vez que concluya el mandato de Doug Ducey, el próximo 2 de enero, la nueva gobernadora demócrata Katie Hobbs, ordene el retiro inmediato de esta barrera impermeable que hace un gran daño en los corredores biológicos”, señaló.
El defensor ambiental destacó que además los contenedores de carga que se encuentran apilados en las instalaciones de la Guardia Nacional de Arizona, esperando el momento de ser colocados en la frontera, podrían provocar una tragedia en época de lluvias, en comunidades cercanas del lado mexicano como Naco y Nogales, Sonora, donde ya de por sí son comunes las inundaciones por los tapones que genera el muro construido a lo largo de los años en la frontera entre Estados Unidos y México.
Por lo pronto, integrantes de colectivos y organizaciones de la sociedad civil realizan protestas para tratar de frenar el avance de los contenedores o por lo menos para intentar ganar un poco de tiempo y evitar que abarquen las 10 millas prometidas.