diciembre 11, 2024
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diciembre 9, 2022 | 438 vistas

Patricia Azuara.-

Cd. Victoria, Tam.-
Estudiaron la educación media superior juntas, pero entre una enorme comunidad estudiantil, jamás coincidieron. Nunca imaginaron que el destino les tenía preparado algo especial.

Años después las redes sociales hicieron su parte. A través de la página de Facebook se cruzaron nuevamente, pero esta vez para no volver a separarse; esa es la promesa.

Erika y Brenda son una pareja, como cualquier otra, con planes, metas y proyectos, juntas formaron una familia con el pequeño Sebastián, hijo biológico de una de ellas, pero amado infinitamente por ambas.

Al egresar del Cbtis, cada quien tomó su camino. Erika concluyó sus estudios universitarios y Brenda se convirtió en mamá soltera del pequeño Santi, quien se convirtió en su motor de vida.

Y como diría aquella vieja canción del TRI, “rodando se volvieron a encontrar”. Y en la oscuridad de esta vida, sus manos se enlazaron y decidieron que permanecerán así para siempre.

SANTIAGO

Santiago tiene dos mamás y una vida plena. Dejen de poner etiquetas, pidieron Erika y Brenda. Y es que aunque aún no sufren ningún tipo de discriminación, no están exentos de que algún día suceda.

El pequeño de tres años es un niño que crece en el seno de una familia real, y sin caer en comparaciones, se atrevieron a decir, con mejores cimientos que muchas que están conformadas por un hombre y una mujer.

“Esta creciendo siendo educado con un respeto y amor hacia la naturaleza, plantas y animales, cuidándolos y respetándolos al igual que con respeto y sin meternos tanto en el tema religioso el niño, ya sabe hacer oración solito antes de dormir”.

Cada quien en su rol, avanzan día a día agarradas de la mano y del corazón. Brenda en las labores del hogar y Erika en el trabajo en una empresa.

Actualmente, Brenda estudia la carrera de Administración de Empresas, por lo que los fines de semana familiares se convirtieron en días de apoyo a mamá en su superación profesional.

Pero para esta familia que rompe paradigmas, todos los días parecen domingos. Disfrutan y comparten los gustos de Santiago: los juegos de mesa, pero sobre todo cantar y bailar.

ADECUACIONES LEGALES

Recientemente obtuvieron las modificaciones del acta de nacimiento de su pequeño, con el apellido de ambas, situación que expusieron en la escuela del pequeño, donde afortunadamente aceptaron a la pareja sin distingos.

Brenda y Erika decidieron mantener su relación un tanto reservada al exterior, para evitar señalamientos, burlas y sobre todo evitar que su hijo sea víctima de acoso.

“Nos conducimos con respeto, es para que no nos discriminen, no somos muy visibles para los demás, tenemos todo el derecho de salir sin problemas, sin que nos estén criticando”.

“A mí lo que realmente me preocupa es el niño que no le hagan bullying, hasta ahorita no nos hemos topado con gente que nos haga sentir mal, y esperemos que así sea siempre”.

La familia de ambas apoya a la pareja sin cuestionamientos, algo que les aporta a construir un futuro más sólido y estable. Aún recuerda cuando fue el primer entrenamiento de Santi, fue el niño que llevó más porra.

A su corta edad, Santiago entiende y reconoce que tiene dos mamás y el día de mañana que le toque enfrentar al mundo, que muchas veces es cruel y despiadado, Erika y Brenda le enseñarán, con valores, a avanzar con la frente en alto.

“Siempre vamos a hablarle con la verdad, escucharlo siempre, esto también tiene que ver mucho con la familia, y como en nuestra familia somos muy unidos, eso nos ayuda para enseñarlo a que debe crecer tomado de la mano de los suyos, de su familia”.

ES FELIZ

A Santiago, como a cualquier niño, le encantan los deportes, ama el futbol y el beisbol, pero también disfruta mucho cantar y bailar, y cuando escucha una canción que le gusta, “grita y contagia”. Sus mamás siempre se unen a sus juegos.

La pareja pidió a la población dejar de poner etiquetas, y aceptar que hay parejas del mismo sexo, con los mismos derechos, y las mismas ganas de superarse y ser incluidos en una sociedad que muchas veces es clasista y doble moral.

“Las etiquetas no nos gustan, somos mamá y mamá, el niño es criado, puedo decir hasta mejor que como un papá y una mamá. Nosotros estamos siempre al pendiente de saber qué es lo que el niño necesita y con que se siente a gusto y estar ahí para él”.

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