Doha, Qatar.- Mientras sonaba «I Will Survive» de Gloria Gaynor, muy apropiada para describir el partido de Francia rumbo a la Final del Mundial, los seleccionados galos hicieron fila india antes de entrar al vestidor del Estadio Al Bayt, tras vencer a Marruecos en la Semifinal de Qatar 2022.
Mbappé encabezaba a los vigentes campeones del mundo, pero era el único que no iba uniformado. En su pecho mostraba el número 2 y el apellido Hakimi.
Minutos antes, Kylian mostró que hay una verdadera amistad con Achraf, ambos del PSG. El destino enfrentó al extremo izquierdo galo con el lateral derecho marroquí, quien ha tenido un Mundial espectacular y quizá por ello estaba tan afectado al finalizar el juego, derrota por 2-0 para los africanos.
Mbappé se le acercó en tres distintas ocasiones a Hakimi, primero para consolarlo, luego para darle más ánimos y finalmente para intercambiar jerseys y portar orgulloso el de su compañero.
Apenas terminó el partido, Marcus Lilian Thuram, el hijo de la leyenda, se tiró bocabajo al césped, preso de la emoción y de emular el logro que su padre consiguió hace 24 años. Las celebraciones de los franceses se mezclaron con sus gestos de deportividad, ya que elementos como Antoine Griezmann, Theo Hernández y Aurélien Tchouaméni no se cansaban de consolar a los rivales.
Cuando los galos fueron a festejar con su afición en una de las cabeceras del Al Bayt, que tuvo su último partido en esta Copa del Mundo, el técnico Walid Regragui convocó a sus futbolistas a mitad de la cancha y les dio un discurso, antes de que todos fueran a agradecer a los miles de aficionados y nuevamente las gradas estallaran.
Porque a pesar de que Francia está en su segunda Final consecutiva de Copa del Mundo y de que puede emular a Brasil de 1958 y 1962, el favorito sentimental vestía de rojo.
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Edgar Contreras
Agencia Reforma