Mauricio Zapata.-
La espera se hizo muy larga.
A pesar de que el inicio de la sesión se prolongó una hora y media, cada minuto que pasaba parecía una eternidad entre los diputados de Morena.
El quórum no se cumplía.
Incluso la propia bancada morenista en el Congreso local batalló para que todos y cada uno de los que la conforma estuvieran en la cita.
Según trascendió, dos diputados estaban fuera de la ciudad iniciando su periodo vacacional, sin embargo, una llamada “de muy arriba” los obligó a regresar para estar presentes.
En la agenda solo había dos dictámenes para aprobar.
Todavía en la víspera se había especulado que asistirían el total, o casi el total de los 36 legisladores que conforman el pleno y que el Grupo Parlamentario de Acción Nacional llevarían preparada alguna treta para evitar la realización de la asamblea.
No obstante, por la noche los panistas decidieron acudir.
De acuerdo con fuentes cercanas a la Junta de Coordinación Política del parlamento tamaulipeco, tras una intensa discusión entre algunos de los diputados del PAN decidieron que no asistirían.
Ya tenían información sobre algunos otros diputados que no acudirían a la sesión.
Ante ello, hicieron el último intento para prolongar la agonía de la “Súper Fiscalía”.
Según sus cálculos, solo estarían presentes 18 diputados y con ello no habría el quórum requerido para que se llevara a cabo la sesión extraordinaria.
UNA MAÑANA MUY LARGA
Fue una larga mañana para la bancada de Morena.
Intentaron convencer a las dos legisladoras de Acción Nacional que se han unido a las votaciones del grupo guinda.
Pero una de ellas ya no estaba en la ciudad y sería muy complicado su regreso. Se disculpó y justificó su inasistencia.
Faltaba una: Linda Mireya González Zúñiga.
Ya la habían convencido de acudir y apoyar, no solo el dictamen, sino el quórum para realizar la plenaria.
Pero no llegaba.
Los diputados de Morena comenzaron a arribar al recinto legislativo de uno por uno.
A las 10:00 (pasadas) llegó el primero. Luego otro y otro y otro más.
Pero al parecer los minutos entre la llegada de uno y otro se hacían larguísimos.
Úrsula Salazar confirmaba con llamadas o mensajes la asistencia de los integrantes del grupo parlamentario que coordina.
Pero se notaba muy nerviosa y ansiosa.
Armando Zertuche la calmaba, aunque él también se le notaba un tanto nervioso.
Magaly Deándar llegó con un refrigerio para los reporteros de la fuente: gorditas, flautas, pastel y bastante jugo de naranja.
Ella también intentó mermar los nervios de Úrsula, lo cual logró por momentos.
LA CALMA
Mientras tanto, el edificio legislativo se mantenía en calma. Había mucho silencio y poco movimiento.
Y es que muchos de los trabajadores habían iniciado sus vacaciones.
De hecho, los asistentes y secretarias de los diputados y diputadas no acudieron. Las oficinas estaban solas y a oscuras.
Solo el personal de seguridad y de servicios parlamentarios, así como el de Comunicación Social estaban en el recinto.
Hubo pocas entrevistas.
Afuera, en el estacionamiento, se notaba también la calma en la zona, ya que había pocos vehículos, salvo de los que sí acudieron y el de los reporteros que cubrían la sesión.
EL SOMBRERO
Uno de los últimos en llegar fue el diputado de Movimiento Ciudadano (MC), Gustavo Cárdenas Gutiérrez, que llegó en pantalón de mezclilla, una chaqueta informal y un sombrero tipo Fabellino de gamuza negra.
Como siempre, entró haciendo bromas y asegurando que él es que estaba haciendo la diferencia.
Se boleó los zapatos y entró al Salón de Plenos.
SOLEDAD
La Oficina de la Junta de Coordinación de Política que encabeza Félix García Aguiar “El Moyo”, estaba vacía.
Solo estaba encendida la luz, pero no había nadie.
Algunos de los diputados de Morena se asomaban a cada momento para ver si llegaba alguien más, no obstante, sería inútil, puesto que no llegó nadie de Acción Nacional hasta ese momento.
MINUTOS DE IMPACIENCIA
Pero Mireya González no llegaba.
Ella sería quien haría la diferencia en esa sesión.
Pasaron diez minutos… y nada.
Luego 20 minutos más, y la panista seguía sin aparecerse.
En Morena comenzó la desesperación.
Para las 11:15 de la mañana ya estaban los legisladores de Movimiento de Regeneración Nacional en el Salón de Plenos.
Tomaban café; platicaban, veían el reloj. Mandaban mensajes. Se echaban miradas de miedo y de nervios entre unos y otros.
Y Mireya no se aparecía.
¿Qué pasó? Preguntó Casandra de los Santos. Úrsula solo levantó los hombros.
José Braña, Humberto Prieto y Armando Zertuche caminaban por todo el salón esperando a que pudiera iniciar la sesión.
Mireya seguía sin llegar.
Dieron las 11:48 y nada.
Para entonces la Mesa Directiva ya estaban sentados, solo esperando el momento del arribo del diputado 19 para poder iniciar.
En las pantallas se veía en “negritas” los nombres de los 18 diputados que ya estaban ahí, pero seguía faltando uno.
Dieron las 12:05 y no podía iniciar la sesión previa en la que se elegiría la Mesa Directiva que conduciría la sesión extraordinaria.
12:12 y nada.
12:17 y seguía sin iniciar.
Pero durante esos cinco minutos hubo más impaciencia y nervios.
Finalmente a las 12:21 arribó Mireya González.
Entró al Salón de Plenos, se dirigió a su curul, encendió su sistema electrónico y pasó lista de asistencia.
Pero antes de ello, saludó a tres diputados que se le atravesaron en el camino y platicó dos o tres palabras con ellos.
Una vez que en el tablero se vio el número 19, el Presidente de la Diputación Permanente se subió rápidamente a su asiento y llamó a sus secretarios para iniciar la sesión previa.
FAST TRACK
Comenzó pues la sesión.
Se hizo el protocolo con la lectura lo más rápido posible.
Se eligió sin ningún debate ni discusión la Mesa Directiva.
Comenzó la extraordinaria con solo dos dictámenes en agenda.
Entre lecturas, protocolos, elección, cambio de integrantes en la conducción de la plenaria y acomodos tardaron quizás unos 35 minutos.
Y aprobaron lo que tenían que aprobar en un lapso de 12 minutos.
A las 13:11 horas se acabó la sesión y tumbaron a la “Súper Fiscalía”.