diciembre 13, 2024
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enero 9, 2023 | 925 vistas

Francisco Ramos Aguirre

En 1888 el primer Palacio o Casa de Gobierno de Tamaulipas se ubicaba al norte de la plaza Hidalgo. Ese mismo año, el gobernador Alejandro Prieto dispuso la demolición de varias de sus habitaciones, con el propósito de edificar una fachada que mejorara su estética.

Alrededor de la plaza operaban diversas dependencias, por ejemplo, la imprenta de gobierno, penitenciaría, ayuntamiento, telégrafos nacionales y oficinas de los juzgados locales, entre otras.

Hacia 1893, el ingeniero Manuel Bosch y Miraflores, propietario de la fastuosa residencia del 17 Hidalgo, propuso su venta a un costo de 25 mil pesos oro nacional para habilitarla como asiento de los gobernadores de Tamaulipas.

Originalmente, aquel inmueble comprendía sólo una planta, construida entre 1889-1891. Debido a sus amplias dimensiones y con el propósito de transformarla en palacio y casa de gobierno, Prieto solicitó al Congreso del Estado su adquisición inmediata. Al realizarse esta operación, la vivienda sustituyó la antigua sede del Poder Ejecutivo.

El nuevo edificio de sillar, piedra, lámina y ladrillos se componía de amplias habitaciones, que fueron destinadas a diversas oficinas. Ahí despacharon Alejandro Prieto, Guadalupe Mainero, Pedro Argüelles, Juan B. Castelló, Matías Guerra, Antonio Rábago, Luis Caballero, César López de Lara, Emilio Portes Gil, Juan Rincón, Francisco Castellanos, Marte R. Gómez, Magdaleno Aguilar, Higo Pedro González, Raúl Gárate y otros gobernadores.

Como dato anecdótico, en 1901 al fallecer el gobernador Guadalupe Mainero sus restos fueron velados en una capilla ardiente instalada en alguno de los salones del Palacio de Gobierno. El cadáver permaneció expuesto al público hasta su traslado al cementerio del Cero Morelos, donde recibió cristiana sepultura, con asistencia de funcionarios, municipales, estatales y federales; así como comerciantes, hacendados, religiosos y otros gremios.

Este espacio, ahora centenario, terminó por convertirse en uno de los elementos arquitectónicos de mayor relevancia para los victorenses. Vale decir que durante 1904, el gobernador Pedro Argüelles decidió construir la segunda planta para lo cual contrató en Matamoros varios maestros de obra y albañiles, quienes participaron del proyecto diseñado por el ingeniero Carlos Argüelles, hijo del gobernador.

Para 1905 los trabajos estaban muy adelantados, gracias a la asignación de varios millones de pesos para adquirir materiales, entre ellos 70 mil ladrillos; así como el pago de albañilería y proveedores. Por ejemplo, adquisición de herrajes para la escalinata y columnas de acero que sostienen parte de la bóveda catalana de la segunda planta. Al mismo tiempo, el gobernador dispuso la remodelación del Palacio Legislativo.

Sin embargo, hubo cierto retraso en las obras, debido a la carencia de cemento, fierro y acero de Monterrey. Dicha demora fue más notable en caballerizas, puertas, ventanas y escalera principal con barandales construida de hierro forjado, la cual se bifurca en dos secciones.

En 1907 el capitán de ingenieros Carlos Argüelles informó sobre el avance de la construcción del Mercado o Parián, así como del presupuesto de 116 mil pesos, para ejercer en los próximos meses. En enero del año mencionado, el gobernador otorgó un reconocimiento a Manuel García por salvar de un serio accidente a sus hijos Tila y Alfredo Argüelles, cuando se desbocó el caballo que tiraba el carruaje mientras los conducía en una calle de la localidad.

 

LOS REVOLUCIONARIOS Y EL NUEVO PALACIO

El general Antonio Rábago, efímero gobernador huertista que ocupó dicho recinto a partir de julio de 1913, señala en su informe que en el transcurso del año se recibieron viguetas de fierro, tragaluz y barandal para la terminación de la galería interior de la Casa de Gobierno.

Aunque ya operaban algunas áreas administrativas en el inmueble, probablemente la totalidad de palacio se concluyó ese año, según consta en una fotografía donde aparecen varios prisioneros, durante la Toma de Ciudad Victoria por el ejército de Venustiano Carranza.

En ese contexto, los constitucionalistas revolucionarios incendiaron y destruyeron parcialmente las oficinas del ayuntamiento, juzgados y parte de la penitenciaría –Ocho y Nueve Morelos y Matamoros–. Bajo estas circunstancias en 1919 el gobernador Andrés Osuna, ordenó su reconstrucción con madera de sabino y otros materiales. De acuerdo su informe de labores, el complejo gubernamental tenía 21 grandes salones y tres zaguanes, reconstruidos por el ingeniero Atilano Tejeda a un costo de $24,892.95.

Durante ese tiempo, operó en de Palacio de Gobierno una red telefónica que comunicaba Victoria con el resto de la entidad. Para ello, Osuna dispuso la construcción de las Oficinas Generales que comprendían cuatro salones, un pasillo doble y dos subterráneos o sótanos. Derivado de esto, surgió una leyenda en la cual se afirma erróneamente que en el recinto municipal se localiza un túnel que comunicaba con otros lugares de la ciudad.

En 1951, luego de la apertura del nuevo palacio, construido por el arquitecto Enrique L. Canseco durante la gestión del general Raúl Gárate Leglú, las oficinas y empleados del edificio de la avenida Francisco I. Madero se mudaron al inmueble inaugurado cerca de la plaza Juárez. La nueva estructura arquitectónica, sustituyó al Teatro Juárez, lamentablemente demolido.

Mientras tanto, los empleados, archivos, oficinas y mobiliario de la antigua sede de los poderes municipales que operaban en el Ocho y Nueve Morelos fueron trasladados al sitio donde actualmente despacha el alcalde de Victoria. Correspondió a Jesús Ramírez ser el primer presidente municipal en ocupar las oficinas recién estrenadas.

Actualmente el inmueble de dos niveles de arquitectura porfiriana, abarca tres mil 216 metros cuadrados y poco más de media manzana, suficiente espacio para cubrir las áreas que comprenden el patio central de banderas, oficinas administrativas, bodega, vitral con el escudo de armas de Tamaulipas, balcones, oficina del presidente, secretaría de la presidencia, tesorería, contraloría, archivo, secretaría de bienestar social, sala de cabildo, salón de la fama deportiva, etcétera…

A lo largo de su historia, además de alojar oficinas administrativas estatales y municipales, el edificio ha tenido diversos usos. Por ejemplo, fue residencia de los gobernadores Alejandro Prieto, Guadalupe Mainero, Antonio Rábago y Andrés Osuna Hinojosa; además ahí se mantuvo durante varios años la cárcel municipal, la estación de bomberos, el Colegio Justo Sierra, Gimnasio Fisicoculturista, Dirección de General de Educación del gobierno del general Luis Caballero y además sirvió de bodega de armas y cartuchos durante la Revolución Mexicana.

 

MURAL HISTÓRICO

Uno de los atractivos del edificio, incluido en el catálogo de patrimonio arquitectónico y artístico de la ciudad, es un llamativo mural de 126 metros cuadrados concluido en abril de 1988, durante la presidencia del licenciado Tito Reséndez Treviño.

Se trata de una pintura acrílica plasmada por los artistas José Rosales C., Manuel González Isás, Rodríguez, R.F. Rocha y José Luis Díaz. El contenido pictórico representa diversas épocas históricas de nuestra entidad, episodios y personajes gloriosos como Pedro José Méndez, Alberto Carrera Torres, Emilio Portes Gil, Amalia González Caballero y otros.

Lo mismo muestra imágenes de acontecimientos relevantes de Tamaulipas en tiempos de guerra, invasiones e intervenciones. Se resalta la presencia de guerrilleros, políticos, estadistas, gobernadores y héroes anónimos; hasta llegar a finales del siglo XX.

Igual consigna una muestra regional de figuras representativas de la danza, música, teatro y otros entretenimientos artísticos comunitarios. Vale decir que el mural fue restaurado en 1999 por los artistas victorenses Quinniin Gallardo y Manolo Roca.

El Municipio Libre/junio/1888; La Voz de México/3/15/1893; La Patria/08/17/1901; El Tiempo/2/17/1905; Página Electrónica del Municipio de Victoria/Oficina de la Crónica.

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