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enero 23, 2023 | 606 vistas

“Nunca hubo un tamaulipeco más apasionado de su tierra, ni con más segura confianza en la capacidad de sus paisanos.”

José Alvarado.-

Juan Guerrero Villarreal fue un abogado, político, escritor, notario público, orador y editorialista, quien nació y murió en Ciudad Victoria, Tamaulipas (1913-1º de marzo/2006).  Hijo de Cipriano Guerrero Quintanilla y Concepción Villarreal Segovia.

Realizó sus estudios básicos en la Escuela Primaria Enrique C. Rébsamen y en la Escuela Secundaria, Normal y Preparatoria de su solar natal. Al concluir el bachillerato en el Colegio Civil de Monterrey, Nuevo León, se dirigió a la capital del país donde se graduó de abogado en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (1938).

Durante su estancia en la Ciudad de México, vivió en la Casa del Estudiante ubicada en el Barrio del Carmen y recibía sus alimentos en la residencia de doña Columba.

En su época juvenil fue amigo entrañable de Raúl Rangel Frías y José Alvarado, quien lo cita afectuosamente en su libro Luces de la Ciudad y en el artículo El Porvenir de Ciudad Victoria, publicado en un periódico de la capital en 1960. Admirador y simpatizante de las ideas de José Vasconcelos, creador de la Secretaría de Educación Pública, de quien mostraba orgulloso en su oficina una foto del filósofo mexicano.

A lo largo de su vida ocupó diversos cargos en la administración pública, entre ellos Auxiliar y Presidente de la Junta Central de Conciliación y Arbitraje en Tamaulipas (1939); Juez Mixto de Primera Instancia, Juez de Primera Instancia y Agente del Ministerio Público en Ciudad Madero y Tampico respectivamente; Oficial Mayor (1947-1948), Secretario General de Gobierno en Tamaulipas (1947-1951) y gobernador interino de Tamaulipas (17-27 de agosto de 1950).

Fue catedrático de la Escuela de Extensión Universitaria de la UNAM y colaborador del Departamento de Acción Social en los centros obreros fundados por la misma universidad (1935). Maestro de Historia en uno de los Centros Obreros y en la Escuela Preparatoria de Tampico (1940-1945); promovió como miembro de un patronato la apertura de las escuelas de Medicina, Leyes y Derecho en Tampico y Ciudad Victoria. También se desempeñó de Asesor Jurídico y Jefe del Departamento de Relaciones Públicas de la Comisión Federal de Electricidad (1955-1957) y fundador del Departamento de Relaciones Público de dicho organismo.

Desde muy joven ejerció la abogacía como asesor jurídico en diversas instituciones públicas y privadas. Durante su juventud formó de parte de un grupo opositor al licenciado Emilio Portes Gil, quien ejerció durante varias décadas una notable hegemonía y liderazgo del poder gubernamental en Tamaulipas, hasta su caída en 1947.

Respecto a su actuación como funcionario del gobierno del general Raúl Gárate Legleú, sucesor del gobernador Hugo Pedro González, el licenciado Juan Guerrero Villarreal se convirtió en testigo cercano del proceso y caída del poderoso grupo portesgilista, que ostentó el poder político varias décadas.

Hugo Pedro no concluyó su mandato porque fue desaforado por el Senado de la República, luego del asesinato del periodista Vicente Villasana por uno de sus colaboradores.

Presidente del Comité Municipal del Partido de la Revolución Mexicana (1939-1940) y Secretario de Acción Política del Partido Revolucionario Institucional en Tamaulipas. Fundó con el profesor Manuel Reyes Porras, Paulino B. López y el periodista Héctor Martínez el Grupo Político de Oposición Acción Cívica de Tamaulipas contra el gobierno del licenciado Horacio Terán Zozaya, a quien Guerrero Villarreal había apoyado durante su campaña para alcanzar la gubernatura.

Derivado de esos conflictos que generaron gran movilidad social y mítines en varias ciudades del estado, tuvo que intervenir en el asunto don Adolfo Ruiz Cortines, obligándolo a salir de la Capital tamaulipeca.

Posteriormente se desempeñó de director del CEPES del PRI y Presidente del Colegio de Abogados en Ciudad Victoria (1978-1979) y Presidente del Colegio de Notarios de Ciudad Victoria en dos ocasiones (1981-1982).

Escribió numerosos artículos en revistas y periódicos, donde dio muestra de su inteligencia, estilo narrativo y conocimiento sobre diversos temas de carácter local y nacional. Entre ellas la Revista de la Sociedad de Alumnos del Colegio Civil (1931-1932) La Tribuna y Mundo de Tampico, El Mañana de Nuevo Laredo, El Bravo y la Opinión de Matamoros, El Diario (1984-), El Mercurio y El Gráfico de Ciudad Victoria y Excélsior de la capital del país.

Autor de varios libros ilustrativos y con perfil crítico-académico, sobre historia política y sus protagonistas en Tamaulipas. Por ejemplo Testimonios Cívicos (1971); Opiniones (1977); Texto de un Breve Alegato Político (1977); La Historia Como Fue (1979) publicado en varias entregas en diversos diarios de Tamaulipas; De la Tierra y mi Estirpe. Inquietudes Ciudadanas (1982).

A partir de 1984 fue director varios años del periódico El Diario de Ciudad Victoria, uno de los órganos informativos de mayor influencia en la localidad. De fino trato, siempre a la altura de las circunstancias y defensor del derecho a la manifestación de las ideas, abrió las puertas a un nutrido grupo de jóvenes periodistas, reporteros y editorialistas experimentados, a quienes orientó en el ámbito de los temas de su escritura.

Durante su período al frente del mencionado matutino, impulsó la publicación de temas sobre difusión de la cultura en la Capital tamaulipeca.

En diciembre de 1940 contrajo matrimonio con Matilde Zorrilla Zorrilla, con quien integró una apreciable familia en compañía de seis hijos: Juan, Matilde, Salvador, Rubén, Ignacio y María Conchita; distinguiéndose como un padre amoroso. Se le recuerda como un caballero, trato amable, distinguido por su cultura general, siempre elegantemente vestido con traje, corbata y sombrero de fieltro.

En varias etapas de su vida viajó con su esposa y sus hijos por diversos territorios y continentes entre ellos Europa Central y Oriental. Visitó Rusia, Egipto, Bélgica y otros países. Lo mismo Medio Oriente, América del Sur y gran parte de los Estados Unidos de Norteamérica.

Juan Guerrero Villarreal, como lo menciona el brillante escritor José Alvarado, fue un mexicano excepcional: “…de tipo nuevo, ciertos de la capacidad de su país y de su pueblo, alegres adversarios del pesimismo y de la maldad y creyentes en la eficacia de la mente para realizar los anhelos de la perfección. Enemigos de las palabras muertas y de las frases vacías, partidarios de la obra y consagrados al esfuerzo personal.”

(Diccionario Biográfico de Tamaulipas/Juan Fidel Zorrilla. Carlos González Salas; información proporcionada por Matilde Guerrero Zorrilla; José Alvarado artículo “El Porvenir de Ciudad Victoria.”)

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