
Pérez Ávila
ESOTÉRICO: La mañanera del miércoles se prolongó hasta las 10:25, con un presidente proyectando una imagen eudomonista, de absoluta autosatisfacción, respondiendo las inquietudes de quienes son autorizados para presentarle situaciones apropiadas para el lucimiento. Sin embargo, sin mediar pregunta específica, don Andrés Manuel exhibió en el pizarrón electrónico, “el destape del secreto de la santería practicada en Palacio Nacional”. El sacrílego señalamiento lo utilizó para recalcar el extremo a que llegan algunos comentaristas que lo hostilizan, para tratar de perjudicarlo.
Al margen de una comparecencia, igual a todas las anteriores, con una prolongada presentación del Jefe de las Instituciones, me parece oportuno, sobre todo necesario, elucidar con claridad, dónde se origina y por qué se da en segmentos muy particulares, llana, simple, acostumbrada, la santería.
La Santería en América tiene su origen en Cuba, en su población africana, en una mezcla de devoción a la divinidad y de sacrilegio, al invocar a la vez, a las fuerzas oscuras.
Por alguna razón, esa dualidad contradictoria cobró fuerza entre los transgresores de poca monta, fue extendiéndose en línea horizontal, primero, y luego se fue elevando, siempre entre malvivientes, que por lo general, son bienvivientes.
Algunas clases altas, van de la santigüedad clerical, a la santería, supuestamente para no perder su status quo, su aceptación, el lustre y su rango en sociedad. Pero la santería predomina entre la delincuencia.
Como el príncipe alucinado, uno puede enfrentar el conflicto de creer o rechazar, ese es el quid, la cuestión o el dilema.
Ser o no ser, “transforma”, en supuesto o real, en el asunto de la santería palaciega.
¿CUÁL ES LA FUNCIÓN DE UN SENADOR?
Si usted apuesta que ninguno de los tres aspirantes sabe, cuál es la función de un senador de la república, usted gana.
Hasta ahora, están aletargados el verde y la blanquiazul, pero el que va a ganar, no por ser el mejorcito, ni tampoco el menos peor de los tres, basta con oírlo hablar, para concluir ipso facto, que, como lambiscón se lleva las palmas, nada más. Por lo demás, que es lo esencial, no sabe ni papa del asunto magisterial.
Negarle al JR su habilidad, lo listo que es, sería una torpeza. Sin talento, carente de calidad tribunicia, su único mérito, si acaso es mérito el oportunismo, ha sido, hasta ahora al menos, su innegable facilidad para acercarse al árbol que da sombra y hasta fruto.
Lo retó el blanquiazul a un debate, se negó a aceptarlo. Hay quienes aducen que hizo bien, porque no lo necesita. El del Verde, Manuel Muñoz Cano, no madura, sigue verde, amarrado a las ramas morenas, confirmándose su aúlica subordinación amloísta.
Ni Imelda Sanmiguel da señales de saber cuál es la singular participación del miembro de la llamada “Cámara alta”, que de alta, únicamente tiene el nombre.
Los dos del llamado sexo fuerte, por equivocación tradicional, se esmeran por ser vistos como “orgullosos devotos cortesanos del señor de palacio”.
Resumiendo. La elección para elevar a la condición de “sustituto del sustituto” en el Senado servirá para dos cosas, nada más: para nada, y para nada.
En cuanto al poder de los brujos, basta con saber que es muy raro el polizonte o bandido que no acuda a ellos en busca de protección.