diciembre 13, 2024
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enero 31, 2023 | 223 vistas

Patricia Azuara.-

Cd. Victoria, Tam.-
Tras vivir un verdadero viacrucis, el matrimonio de Pedro y Tania por fin se reunió con su hijo después de cuatro años de lucha, enfrentándose a una sociedad que lacera con injusticias, discriminación y corrupción.

Luego de un largo peregrinar por los pasillos de las instituciones de procuración de justicia, el Estado hizo acatar la orden legal girada por un juez federal, hace poco más de un año, a favor de aquella pareja de sordomudos, que dieron vida a Emilio.

 

La historia de amor de la pareja se vio opacada por la indolencia y cerrazón de la madre de Tania, quien al cumplir la cuarentena le arrebató al menor, al argumentar que eran incapaces de educarlo por no escuchar y hablar.

Fue ahí cuando ambas familias iniciaron el proceso para pelear la custodia del menor. La madre de Pedro, Griselda Negrete, interpuso una demanda por la vía penal, mientras que la madre la Tania lo hizo por la vía civil.

AÑOS DE LUCHA

Cuatro años de una lucha que parecían interminables, recordó Giselda Negrete, quien el pasado mes de septiembre expuso el caso a El Diario de Ciudad Victoria, ya que el proceso estaba plagado de ilegalidad e injusticias.

Y es que el pasado diciembre del 2021 un juez federal falló a favor de la pareja, y dio la orden a la justicia estatal de entregar al menor. Sin embargo, los días pasaban y el niño seguía bajo el resguardo de la abuela materna.

“Ya después de tanto, dieron determinados días para la entrega del niño, porque no habían acatando esa orden, ¿por qué? no sé, nunca hubo medidas de apremio en contra de ellos, nunca entendíamos por qué se le permitía tanto a la señora, la verdad fue mucho sufrimiento, entre más pasaba el tiempo era más difícil”, afirmó Negrete.

Largos meses pasaron, entre la esperanza y la desesperación, el dolor y las lagrimas. Su sueño se disolvía poco a poco al estar lejos de su primogénito, sin que hubiera poder humano que les devolviera su felicidad.

“De hecho ya tenía un año que había salido la resolución, en diciembre del año antepasado, que nos avisaron y todo el año, fue un gran proceso que estaban yendo a la casa de convivencia en Monterrey, los miércoles y los domingos, nunca vieron al niño, solo en una que otra ocasión lograron verlo, porque la abuela nunca lo llevaba”.

“Era muy triste y muy difícil para ellos, porque nada más iban y se presentaban y el niño no lo llevaban al lugar de convivencia, y algunas ocasiones llegaron a la casa a ver al niño, era como lo podían ver y cuando les permitían estar con él”, agregó.

SE HIZO JUSTICIA

Fue el miércoles 25 de enero de enero cuando por fin se hizo justicia, remarcó. Autoridades de la Fiscalía del Estado de Nuevo León acudieron a la casa de la abuela materna alrededor de las ocho de la noche.

Esta vez no le dieron tiempo de que preparara un nuevo “plan o escondite” para no entregar al niño. No le quedó más que acatar la resolución que postergó por 13 meses, sin importarle el sufrimiento de su hija, Tania, que en repetidas ocasiones presentó recaídas de salud, a consecuencia de la depresión que le causaba estar lejos de Emilio.

“Hasta ahora que ya se acató esa orden, sí fue muy desesperante, había salido hace un año, ya lo habían ordenado al juez de estado, pero no se había hecho nada”.

“Incluso se llegó a ir varias veces a la casa de la señora, pero cuando iban se llevaba al niño, se iban y se escondían, no sé dónde, no la encontraban nunca, hasta esta vez que lograron encontrarla y fue como pudieron obtener respuesta favorable”, agregó.

Emilio está hoy en casa de sus padres, duerme con ellos. Y aunque será un proceso de adaptación largo y difícil, tiene fe de que pronto todo el sufrimiento sea felicidad.

“Están felices, muy contentos, obviamente nerviosos, imagínate, nunca habían convivido al cien por ciento con su hijo, sí se batalla un poco, pero el niño ha reaccionado muy bien, a pesar de que pocas veces los veía”.

EMILIO AVANZA

En estos primeros días, Emilio ha presentado buena evolución, pese a las discapacidades diferentes. Además de que de que el padre de Pedro se encuentra apoyándolos en la ciudad de Monterrey, donde radican.

“De repente sí se acuerda de su abuela, ella vivió con el niño cuatro años, pero mientras el niño está con actividades, el niño está integrado con ellos, de hecho se integra muy bien”.

Reiteró: “Mi esposo está allá, mi otra hija que también es sorda, todos los han apoyado, lo primero es conocerlo, conocer sus gustos, porque no saben nada. Ha sido un poco difícil, ellos son sordos, pero el niño duerme con ellos, juega con ellos”.

Educar a Emilio no será tarea fácil, reconoció Negrete, pero ella como madre de Pedro, está segura que pese a las limitaciones de su hijo, lograrán formar la familia que tanto desean.

“Yo sé que batallan y siempre se va a requerir de que uno los apoye, pero ellos pueden, Dios les da muchas habilidades, Dios les da mucha luz para darse a entender”.

Ya le enseñan las vocales en señas, y cuando el niño pregunta, ¿por qué?, le explican las condiciones en las que están sus padres, para que desde hoy, entienda la situación de Tania y Pedro.

“Yo lo único que quiero es que esto termine, en buenos términos, yo siempre he dicho que ella (su abuela materna) no dejará de ser familia, no dejará de ser madre de Tania, las puertas en esta casa están abiertas, es su nieto, no va a dejar de ser nuestro nieto”.

LA HISTORIA

El 27 de noviembre de 2018, Tania y su esposo Pedro recibieron a su primogénito en un hospital de Nuevo León. Hasta ese momento todo era felicidad; una pareja estable y el tan esperado momento de consumar su amor, a través de su hijo.

Pero nunca imaginaron que con la llegada de su bebé comenzaría el episodio más doloroso de sus vidas, donde la madre de Tania se convertiría en la villana de una realidad que superó la ficción.

Tania y Pedro son una pareja con discapacidad auditiva y verbal, que ya rompieron barreras inimaginables en un país donde las oportunidades para las personas con capacidades diferentes son casi nulas, y la discriminación la sienten y enfrentan a diario.

Con muchas cosas en contra, hoy se desarrollan completamente independientes, en una de las principales ciudades del país, Monterrey, Nuevo León. Son económicamente activos, y su sed de lucha y superación les permite avanzar día con día.

 

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