mayo 15, 2024
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febrero 20, 2023 | 101 vistas

CIUDAD DE MÉXICO, febrero 19 (Agencias)

El actor Sergio Mayer recordó sus inicios y relató que su familia pertenecía a la clase media baja, pues él, junto a sus tres hermanos, crecieron en San Lorenzo Xicoténcatl, una colonia ubicada en la alcaldía Iztapalapa y debido a su apariencia de “güeritos” tuvieron que aprender a defenderse desde muy chicos.

Sin embargo, el actor aclaró que guarda los mejores recuerdos de esa época, pues son los momentos que lo llevaron a convertirse en lo que es hoy. Esta no es la primera vez que Mayer argumenta que si es un padre recto es debido a la forma en que fue criado, pues su papá Rubén Mayer fue un hombre muy estricto.

De acuerdo con el también ex diputado, para su papá era inconcebible que en su familia hubiera un hijo homosexual o que consumiera drogas; de hecho, recordó que cuando se perforó una de las orejas su progenitor puso el grito en el cielo.

“Mi papá era de los que a mi abuelo le daba beso en la mano y le hablaba de usted, imagínate esa educación que fue forjando a base de golpes en aquel tiempo, porque así los educaban y así era la realidad”, expresó, al tiempo que añadió que su padre ha aprendido a cambiar con el tiempo.

Sin embargo, la rectitud y el carácter de su padre es uno de los factores determinantes para que el actor se convirtiera en la persona que es, pues Mayer reconoce todos los esfuerzos que hizo su padre para sacar a la familia adelante, denominándolo como “un hombre de trabajo”, pues hubo un tiempo en que se mudaron a Estados Unidos.

Así, reveló que en un principio llegaron con documentación, pero los últimos dos años que residieron en ese país fue sin papeles, por lo que su progenitor tuvo que trabajar excesivamente para que no les faltase nada: “Nos fuimos legales, pero se venció la visa y nos quedamos de ilegales allá, mi papá tenía dos a tres trabajos, lo veía muy poco”.

También confió que tanto su padre como su madre lo golpeaban a él y a sus hermanos, sin embargo, reconoció que no creció frustrado ni asumiéndose como “un niño maltratado”, porque crecieron siendo muy competitivos un hermano con el otro, por lo que se la pasaban peleándose y sus tutores sólo trataban de mediar entre ellos y controlarlos.

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