En las últimas semanas se ha presentado una polémica sobre si existe “niñofobia» en establecimientos que no permiten la entrada a padres con sus hijos.
La directora de un restaurante niega que los niños sean el problema y apunta que la cuestión se debe a la falta de supervisión por parte de los padres.
“Estamos encantados de que vengan, son clientes, pero hay unas normas como en todo espacio público”, defiende González, que recuerda que ella ha crecido en ese mismo mercado y que tiene hijos.
Sin embrago, los padres se han manifestado contra las normas, pues «entiendo que los niños no son un cliente discreto y callado, pero entre todos podemos encontrar soluciones para que tanto ellos como sus familias puedan disfrutar de algunos momentos en ese espacio en armonía», propuso Helena Vaello, madre del barrio y conocedora del negocio de la hostelería.
Pero más alla de las opiniones enfrentadas entre quienes pueden ir con sus hijos a cualquier restaurante y los que no quieren compartir sala con menores, ¿Qué dice la ley?
El presidente defensor de los consumidores, Rubén Sánchez, defiende que «es ilegal que se prohíba la entrada a cualquier perfil de consumidor por edad, sexo, religión, raza o procedencia, salvo que el motivo no sea ese, sino que provoque altercados, que sea violento o que genere grandes molestias».
Y explica que lo que ocurre en algunos establecimientos es que tienen la idea de que los niños van a molestar, cuando en realidad son los adultos que generan los conflictos, «el criterio de ser niño no es válido, sino en todo caso ser ruidoso, así que se está vulnerando el derecho de los consumidores».
En muchos casos, el problema de los restaurantes es que al parecer no entienden que los pequeños también son ciudadanos con derechos y clientes cuando están sentados en un establecimiento.
Los restaurantes se han convertido en uno de los pocos lugares de convivencia entre adultos y niños en una sociedad cada vez más aislada y que ya no cría en comunidad como antes.
Un recordatorio muy saludable de que los niños son parte indispensable de la sociedad. También para quienes no tienen hijos, se les sugiere quedarse en casa si no quiere niños en restaurantes. No parece un mal lema a reivindicar.
Con información de: milenio.com
