Patricia Azuara.-
“Hoy me considero prueba evidente de cuando se quiere se puede”, escribió el usuario de Facebook, Luis Gerardo. La publicación venía acompañada de una fotografía de un chico recién graduado, y otra más de una botella de bebida energética reciclada y un limpia vidrios.
“Soy el muchacho alegre que limpiaba vidrios en una gasolinera o en un crucero, donde recibí muchos insultos, pero también muchos consejos de los cuales agradezco a las personas por tomarse ese tiempo conmigo aun sin conocerme”, continuaba el texto.
El post rápidamente se hizo viral y captó el interés de muchos. Cientos de comentarios positivos de los cibernautas que conocieron brevemente la historia de un joven que luchó por lograr sus sueños.
LA HISTORIA DE LUIS GERARDO
Pero ¿quién es Luis Gerardo, el limpia vidrios viral?
El Diario de Ciudad Victoria tuvo contacto con el estudiante, quien contó su historia y los retos a los que se enfrenta diario por alcanzar sus metas.
Luis Gerardo Aguilar Hernández es residente de Soto la Marina, Tamaulipas, un pequeño municipio con 23 mil habitantes y pocas oportunidades para desarrollase académicamente.
De escasos recursos, Luis Gerardo es el mayor de tres hermanos, que son su motor e inspiración de salir adelante y dejarles la mejor enseñanza de la vida, “si quieres, puedes, por muy adverso que sea el panorama, no debemos rendirnos”.
Desde pequeño supo que quería por lo menos concluir una carrera universitaria, así es que desde el bachillerato comenzó a trabajar para poder costearse sus estudios y gastos personales.
Después de trabajar turnos de noche en una tienda de conveniencia y jornadas dobles en una peletería, entró a la universidad.
DESDE SOTO LA MARINA
En Soto la Marina hay limitados espacios de estudio profesional, y modalidades a distancia de escuelas que se ubican en la Capital del Estado. Luis Gerardo no contaba con los recursos para salir de su ciudad, por lo que tomó esa opción para continuar con su preocupación académica.
“Estudie en Soto la Marina en el Tecnológico de Ciudad Victoria, tiene una modalidad que es a distancia, soy Ingeniero Industrial. Toda mi carrera fue a distancia, yo elegí la carrera de ingeniería industrial, porque yo no tenía los recursos para mudarme a Victoria y estudiar”.
“Yo sabía que quería seguir, a lo mejor no era la carrera que tenía en mente, pero quería seguir, es ahí donde me puse a investigar en la universidad que tenía, qué carreras había, a qué se dedicaba en cada carrera y lo que más me gustó y fue ahí”.
UN CAMINO LLENO DE BACHES
Los primeros dos semestres se partía en mil pedazos para poder cumplir con sus responsabilidades académicas y obligaciones laborales. Dormía poco, y el agotamiento físico causó estragos en su desempeño, pero aún así, logró conservar su alto promedio.
Cansado de su jornada de 24/7, Luis Gerardo decidió dejar su trabajo, y dedicarse solamente a la escuela con los ahorros que había logrado. Pero el dinero poco a poco se acabó, y pagar la siguiente inscripción lo puso tenso.
Intentó buscar lugares de medio tiempo, pero el salario era muy bajo. Un día, un amigo le platicó que limpiar vidrios le dejaba buenas ganancias.
Así es que con todo y la vergüenza que al principio sintió, tomó un envase, lo llenó de agua y jabón, compró un limpia vidrios y comenzó su día, siempre optimista ante las situaciones.
“Sigo estudiando y había que pagar el semestre, y no encontraba trabajo, yo limpio vidrios, y me dijo que si me animaba, sí me dio vergüenza, pero lo quería intentar y entré de limpia vidrios”.
“Mis horarios eran, salir de la universidad, hacía mis actividades, las tareas y una vez que bajaba un poco el sol que eran como las cuatro o cinco de la tarde yo me iba a limpiar vidrios a una gasolinera y un Oxxo”.
“Estaba hasta las diez de la noche, y si se necesitaba pues más tiempo. Soto la Marina no es un pueblo muy grande, y a veces me quedaba hasta más horas, para que hubiera un poco más de movimiento”.
OBJETIVOS CLAROS
Durante cuatro años así transcurrieron los días de Luis Gerardo, siempre con la misma meta: concluir su carrera y ser el mejor ejemplo para sus hermanos. De limpiar vidrios, pagó su universidad y ayudaba, incluso, con los gastos del hogar.
“Me siento orgulloso de mí mismo”, aseguró vía telefónica, ya que hoy radica en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, a donde partió a realizar sus prácticas profesionales. En la empresa donde las realizó lo contrataron y hoy goza de un salario estable.
Hace unos días se llevó a cabo su graduación en Ciudad Victoria, a la que pudo acudir y conocer a sus maestros, ya que toda la carrera fue a distancia.
El camino no fue sencillo, recordó, la falta de una computadora y de otras necesidades básicas para el estudio complicaron aún más el trayecto.
Luis Gerardo obtuvo un promedio final de 89.45. Pero aquí no acaba su historia; ahora quiere estudiar una maestría y después un doctorado, y continuar superándose cada día más.
“Sí bajé un poco, pero fue porque un tiempo estuve sin computadora, en la escuela se me prestaba una, pero solo era en el periodo que yo estaba ahí, y tenía que llegar temprano para poder sacar mis tareas y yo siento que eso me afectó un poco”.
UN EJEMPLO A SEGUIR
El joven aconsejó a aquellos que tienen la fortuna de contar con los recursos económicos, que valoren lo que tienen y que no desaprovechen el tiempo. Además, pidió no estigmatizar a los que trabajan en los cruceros, “no todos somos malos”.
“Yo tengo amigos que tienen todo, no se preocupan por nada y los veo que no le echan ganas, no lo aprovechan y esa fue la finalidad de la publicación, que también valoren lo que tienen”.
“Y lo entiendo, yo a veces decía, ya no puedo, me las veo muy difíciles, pero luego me repetía que tenia que poder y ser alguien. Tengo a mis hermanos que son mi motivación, quien ser su mejor ejemplo”.
En su página de Facebook, Luis Gerardo escribió también:
“No todos los que trabajamos humildemente o en la calle somos drogadictos o mal vivientes, también estamos las personas a las que nos gusta salir adelante y luchar por nuestros sueños”.
“Hoy doy a conocer mi logro como muestra de agradecimiento a las personas que me apoyaron y me vieron esforzarme día con día para seguir adelante, pero también como motivación para que todas aquellas personas luchen por sus sueños y metas en la vida, que todo es posible. Porque querer es poder”.
“Soy un limpia vidrios que se ha convertido en un ingeniero”.