Francisco Ramos Aguirre.-
Abogado, historiador, maestro, político, taquígrafo y tenedor de libros. Nació en Villa de Burgos, Tamaulipas y falleció en Ciudad Victoria, Tamaulipas, (3 de diciembre de 1905- junio 21 de 1973). Hijo de Santos de la Garza y Otilia Treviño, matrimonio del que nacieron Lorenzo, Arturo, Ciro, Marina Isabel, Dolores y José.
Estudió las primeras letras en la Escuela Oficial de Varones de su solar natal y las concluyó en Linares, Nuevo León, donde probablemente ingresó a una Academia Comercial. Hizo estudios preparatorianos en la Escuela Secundaria, Normal y Preparatoria de la capital tamaulipeca.
Para sostenerse económicamente, en 1922 abrió una oficina de Teneduría de Libros en la calle Morelos y Jalisco. Más tarde se trasladó a la Ciudad de México y alcanzó el grado de abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Al concluir esta carrera, ingresó a la Procuraduría del Distrito Federal como subsecretario de investigaciones. En la capital del país en 1939 contrajo matrimonio con Gracia Villaseñor Martínez a quien conoció en el Bufete Jurídico del licenciado Ordóñez y procrearon a sus hijos José Lorenzo, Adriana y Gracia Lilia.
Un año antes decidió involucrarse en asuntos políticos al unirse a la candidatura del licenciado Agustín Aguirre Garza para gobernador de Tamaulipas, a través de un nuevo partido del cual formaban parte Arturo Galindo, Lázaro -¿Lorenzo?- de la Garza, Raúl Chapa, Ramiro Flores y otros.
Vale decir que su hermano Lorenzo de la Garza fue presidente de Tampico a principios de los años treinta, por lo cual participó en la escisión o distanciamiento entre el grupo encabezado por Emilio Portes Gil.
Entabló amistad y laboró con el licenciado Francisco Castellanos Tuexi cuando se desempeñó como procurador general de Justicia del Distrito Federal (1940-1946) en el sexenio del presidente Manuel Ávila Camacho.
En 1947 durante el gobierno del general Raúl Gárate Leglú, reaparece en la escena tamaulipeca como Magistrado del Tribunal Superior de Justicia. Al concluir dicho período, hacia 1950 al concluir sus funciones y ser sustituido por el licenciado Miguel Aldrete, decide radicar en Matamoros dedicado al ejercicio libre de su profesión.
Entre 1952-1957 regresa de nuevo en Ciudad Victoria donde asume el cargo de Oficial Mayor de Gobierno con funciones de Secretario General en la administración del licenciado Horacio Terán Zozaya.
Para entonces, sus inquietudes sobre el conocimiento de la historia de Tamaulipas y la escritura de varios libros lo motivaron a realizar un viaje a España y diversos lugares de la República Mexicana como Yucatán y Oaxaca, sobre los cuales escribió una serie de crónicas sobre sus andanzas.
A partir de 1964 hasta su fallecimiento, Ciro R. -Rodolfo- de la Garza desempeñó el cargo de director del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Autónoma de Tamaulipas y el Museo de Arqueología e Historia, mismo que desde 1963 había pasado a formar parte de la misma dependencia universitaria.
Desde ese momento se aplicó de tiempo completo a la investigación y divulgación de estudios históricos. Durante este período publicó y dejó inéditos numerosos artículos, dispersos en revistas y periódicos de la localidad y Monterrey. En 1966 fue Presidente del Comité Cívico Para la Inhumación en Tamaulipas de los Restos Mortales del Colonizador José de Escandón.
Durante una época en la cual no existía la profesionalización de la historia en Tamaulipas, asistió a reuniones nacionales de historia y formó parte de la redacción de las revistas Tamaulipas, Anuario Humanitas, Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Revista de la Universidad Autónoma de Tamaulipas y otras; además de ser integrante del Seminario de Cultura Mexicana, correspondiente de Tamaulipas.
Fue un personaje singular dentro del ambiente intelectual victorense: metódico, estricto, carácter fuerte y pensamiento crítico. Decía refiriéndose a ciertos personajes del ambiente político de su tiempo: “Pobre Tamaulipas, con tanto bribón, haciéndose pasar por gente decente” y “Años van y años vienen y la situación política del estado no mejora.”
Vivió largas temporadas en dos habitaciones del Hotel Sierra Gorda.
Aficionado a la gastronomía tamaulipeca comentaba en el círculo cercano de sus amigos y familiares: “Yo vivo para comer, no como para vivir.” Gustaba de los tamales de venado y el cabrito norteño, que preparaba su cuñada Esther Torres en tres modalidades: al horno, fritada y guisado en salsa de tomate.
En 1973 falleció de leucemia en la Capital tamaulipeca mientras ocupaba el cargo de Presidente del Supremo Tribunal de Justicia conferido por el gobernador Manuel A. Ravizé.
A pesar de ser autor de numerosas obras de historia, ha recibido poco reconocimiento, por los académicos locales, como referente historiográfico. Ha sido citado por renombrados historiadores nacionales y extranjeros como Fredirch Katz, Jonathan C. Brown, Octavio Herrera, Carlos Mora García, Mauricio Tenorio-Trillo, Juan Fidel Zorrilla y otros.
Entre sus publicaciones destacan: Wilson y Huerta, Tampico y Veracruz (1933); Historia de Tamaulipas (1946); Anales y Efemérides; Así Nació Tamaulipas: la Epopeya Escandoniana (1953); La Germania como lenguaje del hampa (1954); Desde España inmortal; El lenguaje y la Revolución; Tamaulipas, apuntes históricos (1956); Un viaje a Oaxaca Tierra de Cóndores (1966); Gral. Pedro José Méndez. Su Heroica Gesta Militar (1966); Madero y Huerta (1967); El Plan de San Diego (1970); Tres Ponencias Presentadas (1972); La Revolución Mexicana en el Estado de Tamaulipas (1973); La Revolución en el estado de Tamaulipas, dos volúmenes (1973; Algunos datos conocidos y muchos desconocidos de la cuestión de Texas y el Álamo (1972); Un provechoso viaje a Yucatán (1975) y Apodos en la Bola. El Lenguaje en la Revolución (1987).
Deja inéditos los libros: El trágico fin del General Aguirre Benavides; El General Caballero y los orígenes de su Rebelión; Por la Hispanidad; semblanza a los gobernadores de Tamaulipas; A cien años de Santa Gertrudis; El petróleo y sus implicaciones regionales, nacionales e internacionales; La ciudad heroica (Matamoros); Un héroe olvidado (Aniceto Pizaña); Capitulación francesa en Tampico; Homenaje al General Genovevo Rivas Guillén; La gesta de “El Carrizal”; Acontecimientos Políticos de Tamaulipas 1932-1933; El General Don Luis Caballero y El fusilamiento del General Eugenio Aguirre Benavides; Anecdotario histórico nacional; El General Juan Amaya; El primer reparto de tierras en la Revolución; La revolución de Catarino E Garza; Se develó el tapado; El incidente de Tampico del 9 de abril de 1914, entre otras.
(Fuentes: Periódico La Raza/19 de marzo/1922; El Gallito/mayo 19/1933; entrevista a Marina de la Garza y Adriana de la Garza Villaseñor; muro Facebook de Carlos F. Salinas Domínguez).