Claudia Velázquez / Contacto
Los migrantes que se encuentran varados en el borde del río Bravo se han negado a moverse al albergue que se habilitó en el antiguo edificio de Seguridad Publica que se ubica sobre el libramiento Emilio Portes Gil, donde contarían con todos los servicios necesarios, además de dormir bajo un techo.
El secretario del Ayuntamiento, Carlos Ballesteros, informó que ya han estado en pláticas con el representante del Instituto Nacional de Migración en esta frontera, ya que ellos serían quienes se encargarían de mover a los migrantes.
Sin embargo, hasta ahorita la respuesta de los extranjeros ha sido negativa, no se quieren mover y prefieren seguir bajo las inclemencias de los tiempos, dijo.
Subrayó que el albergue tiene una capacidad para tres mil personas, cuenta con energía eléctrica, agua, drenaje, baños, comedores, y se tendría una seguridad en el perímetro en donde participaría la Guardia Nacional y la Guardia Estatal, estaría presente Protección Civil, entre otros.
“El manejo sería por parte del INM y organizaciones del migrante, ya hemos hablado también con el Padre Francisco Gallardo, pero hasta ahorita la respuesta que tenemos es que los migrantes no tienen intención de moverse a este albergue que se habilitó especialmente para ellos”, precisó.
Por el momento se estima que haya más de mil 200 familias en el borde del río Bravo, 500 sobre el mismo borde a la altura de la Cruz del Migrante, 450 en la Casa del Migrante, 250 en la Iglesia de Guadalupe y otras 400 personas en el refugio que se ubica en la colonia Industrial.