junio 12, 2024
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Sedena y Marina Pierden 3 mil uniformes

abril 26, 2023 | 419 vistas

“Uniforme militar pixelado selva”, así se ofertan en Facebook un par de prendas del Ejército Mexicano, con el sello de la FAVE (Fábricas de Vestuario y Equipo, de la Sedena). Su precio: 900 pesos. Con ese mismo sello y etiqueta de código QR se oferta un uniforme de la Guardia Nacional en 800. En esa misma red social las botas militares “originales” cuestan 800. También hay chalecos tácticos porta placa con la leyenda “Ejército Mexicano”.

En Mercado Libre aparece una gorra “tocado chanchomon”, en 467 pesos.

Entre estos uniformes “originales” estarían algunos de los 3 mil 88 uniformes y prendas tácticas robados, perdidos y extraviados que registró la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar) entre enero del 2017 y noviembre de 2022. Se desconoce cómo ocurrieron los robos y cómo acabaron ofertándose en distintas plataformas.

Al menos una prenda y/o equipo táctico al día durante los últimos 6 años. En cuanto a los periodos anteriores de 2006 a 2016 la Sedena señaló que los registros fueron destruidos, mientras la SEMAR no informó a detalle.

Los uniformes extraviados representan una amenaza a la seguridad nacional, señalan expertos; además es un perjuicio a los mismos elementos de las Fuerzas Armadas: quien pierde alguna pieza del uniforme es castigado con un arresto y una sanción económica.

En manos equivocadas, los uniformes militares robados son un riesgo para la población del país, lo mismo que para los agentes de seguridad federal, estatal y local, pues se usan en retenes falsos, enfrentamientos, robos y otro tipo de actividades ilegales.

“Al menos nos ha pasado dos o tres veces, dentro de nuestra institución hemos detectado elementos que sacan de nuestros pañoles (compartimentos) sobre todo uniformes y los venden a la delincuencia organizada”, reconoció José Rafael Ojeda Duran, titular de la Marina durante la conferencia mañanera del 10 de junio de 2022.

Los datos muestran que la Sedena perdió, extravió o no localizó 736 uniformes de campaña, mientras que la Marina reportó como perdidas al menos 2 mil 352 prendas tácticas, entre las que se encuentran pantalones, camisetas, cinturones, guantes, botas, gorras, chamarras impermeables y multipropósito, sombreros de jungla, chalecos, escudos de la unidad, entre otros.

Que se hayan robado tantos uniformes tiene que ver con la ramificación de las actividades del crimen organizado, señala María del Carmen Sánchez Mora, investigadora en temas de seguridad.

“Los utilizan para camuflarse, como si fueran ellos (militares o marinos) y así operar en nombre de esas instituciones. Por ejemplo, en los retenes que se hacen en las carreteras y no dejar huella”, agrega la también especialista en defensa nacional, armamentismo y militarismo.

Edgar Ortiz Arellano, experto en seguridad nacional y terrorismo, coincide: el robo de uniformes de las Fuerzas Armadas, por parte del crimen organizado, lamentablemente no es un fenómeno nuevo. La delincuencia los usa para engañar y emboscar a las fuerzas de seguridad y a la sociedad en general.

“Utiliza esta estrategia, así como la clonación e imitación de equipo táctico y vehículos, con el fin de tener una ventaja operativa en sus actividades criminales; lo cual pone en peligro las capacidades del Estado Mexicano para garantizar la seguridad nacional”, lamenta el también académico de la UNAM.

La investigadora en temas de seguridad nacional y fuerzas armadas Paloma Mendoza Córtes, destaca que esta problemática se traduce en un fenómeno más de la corrupción interna, que opera con la complicidad de distintos efectivos de ambas dependencias.

Además, el uso ilegal de uniformes por parte del crimen puede causar un desprestigio a la institución, como generar una polémica, de que interrumpieron e hicieron acciones inadecuadas, añade Juan  Manuel Aguilar Antonio integrante del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede).

“Puede haber ejecuciones en contra de elementos de las Fuerzas Armadas… en operativos no se puede diferenciar si son aliados o enemigos”, subraya el también investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina (Cisan) de la UNAM.

Fermín, un militar retirado, sobre la ocasión en que le robaron su uniforme del casillero. Tuvo que gastar para reponerlo y además irse arrestado.

Las prendas robadas no solo se venden al crimen organizado, también se revenden dentro de las unidades a los militares, incluso a quienes se les hurtó.

El Subteniente de Transmisiones retirado Rafael Bustos Montes y presidente de la Federación de Militares Retirados Gral. Francisco J. Mujica, cuenta que desde tiempos entrañables se han dado estas situaciones:

“El robo entre militares es algo que se puede dar. El superior le roba al inferior alguna parte del equipo y después se lo quiere vender”, cuenta Paloma Mendoza. Esta operación se da porque saben que los soldados necesitan tener un uniforme completo, sino, son arrestados.

“¿Entonces, qué prefieres, estar arrestado o pagar por algo que era tuyo?”, destaca la especialista.

El Artículo 246 del Código de Justicia Militar señala que a los individuos de tropa que enajenen o empeñen las prendas de vestuario o equipo de uso personal, se les impondrá la pena de tres meses de prisión en el cuartel, sin perjuicio del servicio.

En tanto, la Semar expone que no se podrán enajenar las prendas del vestuario o equipo que tengan a su cargo. En caso de extravío de cualquiera de ellos, serán sancionados disciplinariamente y tendrán la obligación de reponerlo o cubrir su costo mediante descuentos que no excederán de la cuarta parte de su haber (sueldo), según su artículo 96 del Reglamento General de Deberes Navales.

Sin embargo, estos castigos parecen ser insuficientes para inhibir el robo dentro de las dependencias.

La Semar señaló que 503 elementos fueron sancionados por el robo, pérdida y extravío de uniformes mediante un arresto, 10 con sanciones económicas, en las que se incluye una en Manzanillo, Colima, por la cantidad de 408.05 pesos.

La Sedena se declaró incompetente para poseer la información sobre sanciones, de acuerdo con varias solicitudes de información obtenidas por la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT).

“El Gobierno tiene primeramente que capturar y castigar a los elementos que están al interior de la Marina como del Ejército, que colaboran con los criminales para sustraer los uniformes”, apunta Ortiz Arellano.

Códigos en uniformes que ni la población conoce

Apenas en marzo de este año en Nuevo Laredo, Tamaulipas, el Ejército estrenó un nuevo uniforme mejorado para evitar la clonación, con códigos QR: TE-3.

“Los uniformes originales cuentan con códigos de barras, pero al final del día a simple vista, tú como ciudadano no vas a estar verificando si es de las fuerzas de seguridad o no el código de barras de su uniforme. Como ciudadano uno confía en sus instituciones”, señala María del Carmen Sánchez Mora, especialista en defensa nacional, armamentismo y militarismo.

“Un ciudadano común no tiene conocimiento de cómo son los uniformes, cómo son las estructuras que detenta un militar”, destaca Juan Manuel Aguilar Antonio.

Y no sólo es el ciudadano, dice, también ocurre con la policía estatal o municipal, para quienes sería muy difícil reconocer la autenticidad del uniforme.”Entonces considero que sí puede tener un trasfondo un tanto más sofisticado”, aclara.

 

Con información de: nmas.com

 

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