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Tatuajes, el estilo de vida de hoy

mayo 23, 2023 | 884 vistas

Patricia Azuara.-

Cd. Victoria, Tam.-
Pedro Josafat Yépez Rincón, “Sangre Azul”, es uno de los tatuadores con más carrera en el arte del grabado en la piel en Ciudad Victoria.

En entrevista para El Diario, nos platicó sus inicios, sus logros, sus metas y cómo decidió hacer de lado el ego y la fama, para priorizar su paz y estabilidad.

Hace poco más de 20 años comenzó la aventura en el barrio donde nació y creció: La Mainero. Ahí conoció a su sensei, un metalero que tatuaba en la colonia, Danny, su vecino y amigo.

Pero sin duda, su mayor inspiración es su padre, a quien admira por ser un hombre cabal y honesto que le dio las mejores enseñanzas de su vida y le impregnó los valores que hoy le ayudaron a reencauzar su camino.

“Yo de quien aprendí fue de Danny, él era un chavo que tatuaba en la Mainero, él fue que me ayudó a armar mi primera máquina, el que me enseñó y después de ahí la admiración a mi padre, mi padre siempre ha sido un hombre muy cabal, honrado, honesto”.

ASÍ EMPEZÓ

A los 12 de años tomó su primera máquina hechiza, y justo cuando se disponía a tatuar a una amiga, su tía los descubrió y tuvo que correr del lugar; 15 años después regresó a terminar lo que habían empezado: un sol.

Luego de siete años de tatuar de manera empírica, comenzó a profesionalizarse hace 13 años. Lo que le permitió al momento, contar por lo menos con más de 70 certificaciones nacionales y extranjeras.

“La carrera en sí comienza hace 13 años, cuando comienzo a recibir cursos. Comencé a tatuar con máquina hechiza en el barrio, en la colonia, a los amigos”.

“La primera máquina la hice con una pata de una silla de madera, le até a un tenedor, y ahí le puse un motor de grabadora, y poníamos el tubito de una pluma y eso lo usábamos como la guía de la punta para meter las agujas, que también se armaban con cuerda de guitarra”.

Su gusto por el arte en la piel viene de familia. Su padre, tíos y hermanos, se dedican de una u otra forma a la pintura, pero él prefirió inclinarse por los tatuajes.

“Esto nace porque mi padre es rotulista, mi hermana es pintora, todos tenían que ver con la cuestión artística, y yo preferí el arte en la piel, de ahí comencé”.

NO TODO FUE ‘COLOR DE ROSA’

Pero no todo fue “miel sobre hojuelas”, cuando la fama y el ego llegaron a su vida, olvidó lo verdaderamente importante de la vida, su familia y su paz y estabilidad.

Hoy, alejado de los reflectores, Sangre Azul continúa en su estudio que se ubica en el Nueve Aldama esquina, y donde siempre trata de ofrecer “un plus” a sus clientes.

“Tengo muchos reconocimientos, pero los tengo guardados, me di cuenta que solo me llenaban el ego, el egocentrismo creo que es algo que afecta a la sociedad en general, a los artistas y creo que luego ya no quieren tocar el suelo, pero tengo arriba de 70 certificaciones, nacionales e internacionales y diversos premios”.

“He viajado a muchos países, ahorita tiene algunos años que dejé todo eso, no porque no quiera, me he enfocado más en mí, en mi persona en mi negocio, en mi familia, en mis hijos, mi pareja, eso vale mucho más la pena que cualquier otra cosa”.

“Hubo un tiempo que deseaba mucha fama, viajé representando marcas internacionales, andaba en aviones con artistas, en conciertos, estaba bien chido, pero después de un tiempo te das cuenta que solo es ego, al momento que se acaba todo el show, que se va la gente, estás solo”.

“Cuando me di cuenta que estaba perdiendo mucho por la fama, me di cuenta que lo que estaba perdiendo era más necesario que lo que buscaba y decidí bajarme de ese autobús llamado fama, espectáculo, show”.

“Yo perdí matrimonios, perdí vida, hijos, perdí amigos, perdí tiempo muy valioso de mi vida, y ahora pienso yo creo por la madurez, ahorita no pretendo nada de eso, prefiero una paz y una estabilidad”.

HA SIDO MAESTRO

Sangre Azul ha sido maestro de un sinnúmero de personas que acuden a solicitar su ayuda, además, es una persona altruista que a través de una asociación lleva a ayuda a los que menos tienen

Algo que lo marcó fuertemente fue la pérdida de dos amigos, quienes tuvieron finales fatales, y a quien hoy recuerda con un dejo de dolor y tristeza.

“Lo que más me ha marcado es el fallecimiento de personas que he querido, una de ellas era Vilma, a ella la desaparecieron y Sergio un aprendiz que se quedó conmigo hasta el final, se accidentó en su moto”.

Aunque tatuar es su pasión, el día que la salud se lo impida se dedicará a su segunda pasión, el arte culinario, donde también tiene algunos proyectos en mente.

“Esto me ha da muchos conocimientos, conocí gente que no sabía que iba a conocer, la realización como artista, la madurez como persona, y también el trabajo”.

“Me ha dejado felicidad, soy muy feliz haciendo lo que hago, porque si no lo disfrutará no tendría caso nada, no valdría la pena, cada instante que he pasado, lo disfruto muy chido”.

“Le he enseñado a varios, siempre he creído que el conocimiento es para transmitirlo, porque si no, no sirve de nada, mientras tenga la capacidad le ayudo a la gente”.

¿QUIÉN SE TATÚA MÁS?

Hoy en día, reveló, es más común que se tatúen las mujeres que los hombres, e incluso acuden adultos mayores a marcarse la piel.

“Los tabúes los generaron la comunidad contemporánea, porque los tatuajes eran muy viejos, desde las primeras culturas, las primeras tribus se tatuaban, era una manera de inmortalizar guerreros, poder darle un valor más grande a las personas de la misma tribu”.

“Me gusta mucho tatuar, amo tatuar, pero si yo un día por cuestiones de salud, de mi vista, pulso, ya no pudiera hacerlo, me gustaría cocinar, es mi otra pasión”.

Sangre Azul es uno de los tatuadores mayormente reconocidos en la Capital de Tamaulipas y sus alrededores, y entre las metas que aún espera cumplir, es la creación de una galería de tatuajes.

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