AGENCIAS.-
En un sorprendente acto de generosidad, el empresario Khairul Aming, dueño de dos fábricas de alimentos en Malasia, decidió recompensar a sus empleados con unas lujosas vacaciones.
Cerrando su fábrica durante cinco días, llevó a los 60 empleados a un exclusivo destino en Langkawi.
El viaje incluyó un hotel de cinco estrellas, actividades como jet ski, exploración de cuevas y esnórquel, así como un crucero privado para presenciar la puesta de sol.
El empresario compartió fotos y videos de la experiencia en sus redes sociales, y los empleados expresaron su felicidad y agradecimiento.
Este gesto generoso fue elogiado por los internautas, quienes reconocieron la importancia de valorar y recompensar a los empleados.