Después de haber pasado más de tres décadas en una prisión de Estados Unidos (EU), Raúl López Álvarez, un ex policía judicial de Guadalajara, fue liberado debido a una serie de irregularidades que se cometieron en su proceso judicial por el caso del agente de la DEA, Enrique ‘Kiki’ Camarena, asesinado en febrero de 1985.
Cuando López Álvarez fue detenido e ingresado en el Reclusorio Norte hace 38 años, aseguraba estar implicado en el secuestro de Camarena Salazar. A base de declaraciones falsas e historias ficticas, se mostraba como uno de los brazos derechos de los narcotraficantes Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca, quienes también fueron implicados en estos hechos. Sin embargo, sólo quería impresionar a sus compañeros de celda.
Fue así como su testimonio llegó hasta la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), la cual buscó desde ese momento extraditar al ex policía ligado al Cártel de Guadalajara. Según documentos desclasificados consultados por Milenio, Álvarez fue contactado por un miembro inflitrado de la agencia estadounidense (Abel Reynoso) para que asesinara a un funcionario de alto nivel.
Raúl López cayó en la trampa e incluso aseguró tener experiencia torturando gente. En 1987 fue detenido cerca de Los Ángeles, California (para ese entonces ya había sido liberado en México). Durante su proceso judicial en EEUU cambió su versión de los hechos y manifestó en repetidas ocasiones que no tuvo implicación alguna en el secuestro, tortura y asesinato de Kiki Camarena, y que sus testimonios estaban basados en reportes de revistas que leía en prisión.
En suma, el ex policía juró no haber participado en los hechos. Pese a ello fue condenado a 249 años de cárcel, de los cuales sólo cumplió 36, pues el 23 de marzo de 2023 se dio a conocer que el juez federal John A. Kronstadt ordenó reabrir su juicio, debido a diversas irregularidades que habría cometido personal forense del Buró Federal de Investigaciones (FBI).
Michael Malone, un agente del FBI, fue quien presentó “evidencias defectuosas” en el juicio de Álvarez. Tras una serie de investigaciones no se pudo acreditar su responsabilidad en la muerte del agente de la DEA
Fue así como el juez Kronstadt ordenó liberar al mexicano de 64 años de edad el pasado 8 de junio. De esa manera quedó bajo la custodia del Servicio de Ciudadanía e Inmigración del Departamento de Seguridad Nacional de EU, según reportes de la periodista Laura Sánchez Ley del medio citado.
Si bien López Álvarez logró salir de prisión luego de casi cuatro décadas, tendrá que permanecer en libertad supervisada durante cinco años. En ese periodo deberá someterse a una serie de condicionantes, como realizarse exámenes toxicológicos de manera recurrente.
Enrique Camarena Salazar, nacido en México pero de nacionalidad estadounidense, logró reunirse como un agente infiltrado con dos capos del Cártel de Guadalajara en la década de los 80: Ernesto Fonseca Carrillo, alias Don Neto, y Rafael Caro Quintero, conocido como El Narco de Narcos.
Gracias a los informes de Kiki -como era conocido en su trabajo-, el gobierno del entonces presidente Miguel de la Madrid ordenó una operación antidrogas en noviembre de 1984 en el rancho El Búfalo, propiedad de Caro Quintero ubicada en el municipio de Allende, Chihuahua. Tras el operativo se lograron asegurar más de 8 mil 500 toneladas de marihuana, lo que supuso un golpe millonario al Cártel de Guadalajara.
En represalía, Camarena Salazar fue secuestrado junto al piloto mexicano Alfredo Zavala en febrero de 1985. El día 9 de ese mes se registró el asesinato de ambos, luego de haber sido sometidos a actos de tortura.
Entre las personas que fueron acusadas en su momento por estos hechos se encuentran Ezequiel Godínez Cervantes, Javier Vázquez Velasco, Francisco Tejeda Jaramillo, Ernesto Fonseca, Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo
Con información de: infobae.com