La noche del pasado domingo, una mujer llamó a la policía municipal de Tlaquepaque, Jalisco, para denunciar a su esposo por agresión durante una fiesta.
Tras la denuncia, dos agentes que se presentaron a la finca en la colonia Nueva Santa María tomaron nota: «el tipo quería hacerle daño a la mujer porque habían discutido sobre la venta de una casa».
Los agentes municipales le dijeron a la mujer que no podían hacer nada porque era un pleito de pareja y le recomendaron que por la mañana fuera a la fiscalía y levantara una denuncia.
La mujer, de 30 años, les insistió a los agentes que no se sentía segura, que conocía a su esposo, también de 30 años, y que sabía que podía hacerle daño. Los policías se encogieron en hombros y se fueron.
Una hora después, alrededor de las 2:00 horas de la mañana, el marido tomó un cuchillo y se fue en contra de su esposa, a la que mató. La hija de la mujer intentó quitarle el arma, pero recibió un cuchillazo en la mano. Acto seguido, el agresor se suicidó. Ante los gritos, los vecinos llamaron a la policía.
Los mismos municipales que desestimaron el peligro que corría la víctima volvieron junto paramédicos de la Cruz Verde, quienes confirmaron el feminicidio y el suicidio. La madre de la mujer recibió atención médica ahí mismo, pues no quiso ser trasladada a algún hospital. Prefirió quedarse a abrazar el cadáver de su hija.
La falta de empatía policial ha generado opiniones de colectivos en defensa de las mujeres. Por ejemplo, Elisa Celis, cofundadora del Frente Nacional Contra La Violencia Vicaria, denunció que el cuestionable actuar de los agentes ocasiona no sólo un feminicidio, sino que las mujeres afectadas terminan siendo revictimizadas.
“Las autoridades están siendo las responsables del aumento de la violencia hacia las mujeres”, se queja Celis. “Por más denuncias que uno pueda levantar, las autoridades no responden a tiempo. Es hora de que la sociedad exijamos un poco más”.
Hasta ahora, la alcaldesa de Tlaquepaque, Citlalli Amaya, de Movimiento Ciudadano, no se ha declarado al respecto.
En 2022 uno de los casos que más impactó recibió fue el caso de Luz Raquel Padilla, una mujer de 35 años y madre de un menor con autismo, que fue rociada con alcohol y quemada en el parque público de la colonia Arcos de Zapopan.
Luz Raquel falleció en el hospital después de sufrir quemaduras en más del 90 por ciento de su cuerpo.
Con información de: milenio.com
