Alfredo Guevara.-
Cd. Victoria, Tam.-
Aunque la instrucción para las instituciones educativas fue no reprobar a los alumnos, es obvio que el resultado del ciclo escolar 2022-2023 elevó el nivel de reprobación, tras dos años de pandemia, consideró Miguel Ángel Tovar Tapia.
El presidente de la Asociación Estatal de Maestros y Padres de Familia recordó que la generación que egresó, considerada como la primera con ciclo completo después de la pandemia, de una u otra forma empezará a notar fallas o una falta de alternancia didáctica que tenía que darse.
Por consecuencia, en esta primera generación se reflejó un aumento en el número de reprobados, aunque por la instrucción que se giró a los directores de instituciones educativas, todos los alumnos fueron aprobados, porque esa fue la instrucción.
“Antes de la pandemia, la Secretaría de Educación registró una deserción de 600 mil alumnos en educación media superior, es decir, un promedio de tres mil 120 estudiantes diarios durante lo que fue el ciclo educativo previo a la pandemia, que ahora es grave”, indicó.
En su opinión, consideró que por sentido común es malo que las instancias de educación hayan tomado la decisión de no reprobar a estudiantes.
“Tampoco podíamos tener una generación rezagada, sino esperar que en el transcurso de su vida escolar tratar de recuperar el mínimo de instrucción académica que deben tener”, convino.
Y es que de una u otra forma siguen llegando a nivel secundaria alumnos que no saben leer ni escribir en algunos casos, o bien, lectura sin comprensión, que es uno de los rezagos más profundos que se tienen que abatir.
Tovar Tapia estableció que no solo son operaciones básicas como dominar y resolver situaciones de matemáticas, sino ir más allá, “porque podrán leer, pero la comprensión es el problema grave y profundo en la transición básica a media superior”.
Por ello, insistió que con la instrucción que dieron las instancias educativas, “estamos en una crisis de rezago académico profundo”.