Patricia Azuara
En aquel tiempo, los canales de comunicación era sumamente reducidos y las noticias no se difundían como en la actualidad.
Había contadas maneras de informar, y llegaban solamente a cierto sector poblacional.
Es por ello que para la delincuencia era fácil escabullirse o pasar desapercibidos ante los ojos, incluso, de la propia autoridad, a quienes se podía engañar fácilmente y burlar la justicia.
Sí, allá en esos años, donde la tecnología poco se asomaba y la gente casi nada sabía de lo que pasaba en su entorno, y mucho menos lo que acontecía en el resto del país y el mundo.
Es así como el célebre y siempre recordado, Santiago Reyes Quezada “El Capitán Fantasma” robó un vehículo al propio Gobierno del Estado de Tamaulipas, a donde llegó como acostumbraba, vestido de militar, y fue tratado “como rey”.
ASÍ COMENZÓ LA HISTORIA
El cronista de Ciudad Victoria, Francisco Ramos Aguirre, recordó entre risas la anécdota del Capitán Fantasma, en la época donde al Palacio de Gobierno se ingresaba sin problema alguno.
Lo que hoy es el Patio Central del inmueble que alberga las oficinas gubernamentales en el 15 Hidalgo, antes era estacionamiento, donde se llevaban a cabo bailes y eventos de corte social y altruista.
“Ahí había estacionamiento, celebraban hasta bailes en los años 50, ahí hacían bailes, reuniones, se presentaron orquestas a tocar, de la Cruz Roja, de reinados, carnaval que hacían por ahí. Era abierto en el sentido de que la parte baja era estacionamiento”.
Un día tan normal, y ya con un historial delictivo detrás, el Capitán Fantasma arribó con su elegante vestimenta militar, y sin titubeos se presentó como un capitán de rango alto, recordó el cronista.
Fue recibido con los honores que se debe, y cuando se llegó el momento de cometer su fechoría, lo hizo sin problema alguno. Pidió un vehículo prestado, que se llevó a ojos de los funcionarios, burlando la seguridad.
“Ahí fue un célebre ladrón, el Capitán Fantasma fue disfrazado de capitán, lo atendieron como si fuera un militar y hasta un carro les pidió prestado, los engañó totalmente”.
“Fue muy hábil, como las noticias no circulaban tan rápido como ahora, y como en aquel entonces había mucho militar que así vestía, pues así fue, no batalló para nada, así entró, pidió el carro y agarró calle”.
“Pásale”, le dijeron, relató el cronista, “vino y robó varias tiendas, hasta que lo metieron a la penitenciaria y luego se escapó de ahí. Era un personaje, del cual continúa recordando, ciertas anécdotas, como esta”.
EL CAPITÁN FANTASMA
Fue sobre las calles de la zona centro del puerto jaibo, el municipio de Tampico, donde “El Capitán Fantasma” comenzó su larga historia delictiva, que duró más de 40 años.
Eran los finales de 1930 y junto a otros jóvenes, Santiago, a quien apodaban el “Jimmy”, fue capturado cuando robaba piezas de un automóvil, pero el hábil ladrón tuvo más escapes que el mismísimo Joaquín “El Chapo” Guzmán, y hasta tiene su propio corrido.
Santiago Reyes Quesada se convirtió en una leyenda entre los delincuentes gracias a la facilidad que tenía para fugarse de todas las prisiones a las que cayó a lo largo de su vida criminal.
Recibió el sobrenombre de “Capitán Fantasma”, primero por utilizar la vestimenta de Capitán del Ejército al cometer sus delitos y por la facilidad que tenía de fugarse de las prisiones en las que estuvo.
El primer reporte que se tiene de Reyes Quesada se registró en el año 1938, cuando un joven de “ojos azules” con 15 años de edad, oriundo de Los Ángeles, California, fue detenido en Tamaulipas por robar accesorios de un automóvil.
El muchacho, que en esos tiempos era llamado “El Jimmy”, permaneció 60 días en un Tribunal para Menores de Tampico, donde aprendió carpintería y ebanistería, y luego escapó. Así innumerables veces, utilizando sobornos y otras artimañas.
Fue tan popular en su época que cuenta con un corrido, interpretado por diversos artistas, como el dueto de Carlos y José con el que ha traspasado las fronteras, también cuenta con una película que narra sus escapes de cárceles mexicanas “Las siete fugas del Capitán Fantasma”.
