José del Carmen Perales Rodríguez.-
Cd. Victoria, Tam.-
Aunque se trata de la diabetes menos frecuente a nivel nacional y estatal, la tipo uno o insulinodependiente es la más costosa no solo para el sistema público de salud sino para la familia del paciente, que en su mayoría son niñas, niños y adolescentes.
Daniel Llanas Rodríguez, endocrinólogo y especialista en pediatría, comentó lo anterior y agregó que de no existir las asociaciones civiles que apoyan a los pacientes con insumos u otro tipo de ayuda, la situación sería muy complicada para sus familiares.
“La diabetes tipo uno, como muchos padecimientos de este tipo que son crónicos y requieren mucha inversión, definitivamente no se pueden quedar en manos solo de las instituciones públicas, por eso la intervención de las familias y las asociaciones”, expuso.
Llanas Rodríguez comentó que la tasa de incidencia es de dos a tres casos por cada cien mil habitantes, sin embargo, como suele ocurrir, hay estados que registran más casos que otros, en ese sentido Tamaulipas acumula 79 en lo que va del 2023.
“Con todo y que son pocos los casos comparados con la tipo dos, es una realidad que las autoridades sanitarias no siempre tienen la capacidad para atender al cien por ciento las demandas de atención de los pacientes, tanto en insumos como en otro tipo de necesidades propias de la enfermedad”, apuntó.
El especialista refirió que las autoridades sanitarias, estatales o federales, no siempre les alcanza para cubrir esas necesidades, pues no es solo la entrega de la insulina, sino también tiritas reactivas, no jeringas, así como dispositivos de alguna especie.
“Porque una vez que diagnostican a las personas, van a requerir insulina, los que requieren menos dosis, reciben dos dosis al día, los que requieren más, son hasta cinco y siete inyecciones al día, lo que inevitablemente impacta las finanzas familiares”, concluyó.