Ya han pasado 30 años desde que la web comenzó a funcionar. Desde entonces, su uso se ha generalizado y la competencia es cada vez mayor. Por ello, aclaramos todas las claves de uno de los aspectos más importantes que ayudan a lograr el éxito y generar tráfico orgánico de manera progresiva.
Abordamos las características de los dominios web de forma detallada. Un dominio web es la dirección que debe escribirse en el navegador para acceder. Se compone de dos partes. La primera es el nombre y la segunda la extensión. Se recomienda seleccionar un nombre que sea identificativo de la empresa o de la institución para recordarlo con mayor facilidad. Respecto a la extensión, puede ser .com (con objetivos comerciales), .org (sin ánimo de lucro), .edu (para temas educativos), .gov (del gobierno) o la extensión que corresponda a cada país. Existen varios tipos de dominio. El TLD, o de nivel superior, se divide en: IDNs (nombre de dominio internacionalizado) y en dominios geográficos o del país. Los SLD (de segundo nivel) suelen ser los que emplean el nombre de la empresa o de la marca. Los TLD (de tercer nivel) mezclan el dominio genérico con un subdominio nacional. Finalmente, los subdominios permiten añadir características a los dominios secundarios para facilitar así que se encuentren en los buscadores mediante las palabras clave.
Es importante reseñar que el nombre y la extensión han de registrarse en una empresa acreditada para evitar que otras personas puedan usar el mismo nombre con los problemas que ello conllevaría. El proceso comienza comprobando la disponibilidad del nombre. Luego, se debe elegir el registrador y enviarle los datos personales de quien va a responder por la actividad del sitio web. Finalmente, se paga el registro. A partir de ahí, comienza el proceso de buscar el servicio de alojamiento de la página y la subida del sitio a Internet. Sin duda, la elección del nombre del dominio ha de tomarse con la seriedad debida, ya que de la misma dependerá que los clientes o usuarios potenciales lo recuerden y repitan su visita. Al mismo tiempo, la extensión especifica el tipo de objetivo y adelanta tan valiosa información a quien va a terminar comprando un producto o servicio o consultando algún tipo de contenido. Los especialistas recomiendan siempre un nombre corto y una extensión reconocible. Es adecuado evitar las repeticiones de sílabas o caracteres que pudieran provocar un error ortográfico a la hora de acceder a la página deseada.
Así, el nombre del dominio es la dirección que servirá de mensaje de bienvenida a quien quiera conocer una propuesta determinada. Es altamente recomendable confiar exclusivamente en empresas con experiencia que ofrezcan este servicio y otros asociados como el de alojamiento web. Semejante opción reduce los problemas de tener que comunicarse con dos servicios de atención al cliente distintos. Todo sea por convertir cualquier proyecto en uno reconocible y acorde a su nicho de mercado o área de interés. Sin duda alguna, la elección correcta de un dominio es el primer paso hacia el éxito.