Rogelio Rodríguez Mendoza
Los elevadores de la Torre Bicentenario están convertidos en una trampa mortal para los cientos de burócratas estatales que a diario los utilizan para llegar a sus oficinas.
El hecho fue denunciado por varios trabajadores, luego de que esta semana quedaron atrapados por más de diez minutos en uno de los aparatos cuyas puertas se cerraron herméticamente.
“Ojalá no vayan a querer actuar hasta que ocurra una tragedia como la de la niña que murió en un elevador de un hospital del IMSS en Playa del Carmen, Quintana Roo”, señaló uno de los burócratas.
Narró la pesadilla que vivió con varios de sus compañeros al quedar atrapados en el elevador porque a pesar de estar sonando la alarma nadie acudió en su ayuda.
“Fue en el elevador de en medio, de la acera derecha. Diez minutos sonando la alarma y nadie acudió porque ya para esa hora no había nadie en la planta baja que te pueda ayudar” explicó.
Relató que, subieron al aparato en el piso 21 y comenzó a bajar despacio con las puertas abiertas. Nos dio mucho miedo. Así se fue hasta la planta baja y al topar se cerraron las puertas.
“Estuvimos activando la alarma. Golpeábamos las puertas para que nos escucharan, pero nadie acudió. Luego de diez minutos una de las puertas se abrió lentamente y pudimos salir rápidamente.
“Fue algo de miedo. Afortunadamente nadie sufrió una crisis nerviosa porque quien sabe cómo nos hubiera ido. El hecho lo denunciamos porque se va a repetir ya que el aparato tiene fallas” indicó.
Contó que, al descender acudieron al cuarto del personal que atiende los elevadores, pero solamente había una señora.
“Le dijimos que le estuvimos llamando para que nos abriera, y su respuesta fue de que: “es que yo no le sé”, detalló.
