Alfredo Guevara.-
Cd. Victoria, Tam.-
Las condiciones que imperan por la sequía han impedido la recuperación del hato ganadero en Tamaulipas, el cual se ha reducido hasta en un 40 por ciento, al igual que las áreas de pastoreo, confirmó José Guerrero Gamboa.
El presidente de la Unión Ganadera Regional de Tamaulipas (UGRT) dejó en claro que mientras no exista un programa de rehabilitación de praderas y no se cuente con comida para darle de comer al ganado, no es posible recuperar el hato y menos en las condiciones de la sequía que impera.
De entrada, expuso que cada año llueve menos y recordó que la última ocasión en la que se registraron importantes lluvias fue en el 2010 con la presencia del huracán “Alex”, sobre todo en zonas preponderantes dedicadas a la ganadería, como en Aldama.
“Al no haber lluvias trae consigo una reducción en pastoreo, la capacidad forrajera de todos los ranchos ha venido a la baja y, por ende, la cantidad de ganado que se traía antes en el campo también ha disminuido”, explicó.
La baja en el hato ganadero, es decir, en el número de cabezas de ganado en el estado ha sido por diferentes circunstancias, principalmente por la sequía que trae consigo mucho sobrepastoreo, falta de forraje y, por consecuencia, reducir el número de animales, abundó.
Guerrero Gamboa admitió que desafortunadamente quienes se dedican a la ganadería no tienen por costumbre estar habilitando los ranchos, aflojar la tierra para que haya una mejor condición para el pasto, en gran parte por el costo que implica y menos, cuando había comida para el ganado.
Al no haber todas esas condiciones, lo primero que trae consigo es un adelgazamiento en los animales, pierden peso y obliga al productor a invertirle, para evitar que mueran por la falta de alimento, agua y condiciones para su desarrollo.
Cuando el ganado está flaco no se preña, no nacen becerros y no hay entrada de dinero para los productores y en ocasiones se fían los animales para ayudarse.
Y es que producir un animal en tiempo cuesta 18 meses, dos o tres de ellos para que se preñe la vaca y de seis a ocho para producirlo, finalizó.
