Lic. Ernesto Lerma.-
Más allá de algunas ideas interesantes, la película debut de los australianos Philippou decepciona un poco, porque en su afán de buscar ser diferente termina perdiéndose. “Háblame”, la nueva sensación de la productora fílmica A24 que en este caso la distribuye, comienza de forma contundente. Con una secuencia sin cortes en donde el espectador es testigo de una aterradora y violenta escena en medio de una fiesta.
Este prólogo sienta el tono de todo lo que ocurría en la ópera prima de los directores australianos Danny y Michael Philippou, youtubers creadores del famoso canal RackaRacka. Resulta llamativo que los directores salidos del mundo de YouTube entiendan lo que hace valiosa a una historia de terror. Hay un prejuicio al pensar que por salir de una plataforma cuyos videos tienen que durar lo suficiente para no perder la atención del espectador, no son capaces de entrar al mundo del cine en donde hay otros tiempos.
Justamente, la práctica de buscar un efecto en el espectador les ha servido de aprendizaje a los Philippou. En esencia lo que propone este dúo dinámico es a simple vista lo mismo que se ha visto en películas similares. Un artefacto que termina de una manera u otra maldiciendo a quienes se ponen en contacto con ella y un personaje con algún trauma no resuelto. La diferencia estriba en que los directores optan por recurrir a otros caminos para lograr una efectiva película de terror.
Primero se dedica un gran tiempo en crear y regodearse en la relación entre los personajes principales: la protagonista Mia (la sorpresiva Sophie Wilde) perdió a su madre, no habla con su padre y vive yendo a la casa de su mejor amiga Jade (Alexandra Jenden) cuyo hermano Riley (Joe Bird) es también amigo de Mia. Entre los tres hay puntos en común, la falta de una figura materna o paterna y el desprecio a los adultos. Como buen exponente de terror en “Háblame” importan más los pequeños momentos en donde los personajes (y actores) tienen espacio para ser ellos mismos, sin necesidad de decir información para avanzar la trama.
Pequeños momentos para conocerlos y preocuparnos por ellos. En “Háblame” se escapa de los jump scares a favor de crear una atmósfera de terror y paranoia. Los momentos más aterradores ocurren en espacios cerrados y a oscuras, mientras que las secuencias más intensas ocurren en espacios iluminados y, tal vez por ello, la potencia de algunas imágenes puede llegar a impactar. Los directores parecieran haber tenido a “Te sigue” (2014, David Robert Mitchell) como influencia.
Como demuestra ese comienzo con aquel plano sin cortes, en la selección musical y en especial en ese grupo de adolescentes que van de acá para allá sin rumbo, que no saben mucho de la mitología de este extraño artefacto y por ende no saben resolver el conflicto, sólo queda pelear y buscar distintas soluciones. Tal vez sea por eso que termine frustrando. Pareciera que los directores saltan de idea en idea, tomando y abandonándolas para luego retomar las más interesantes. Y eso termina jugándole en contra tanto al ritmo de la película, ya que se vuelve repetitiva sobre todo en el último tercio donde finalmente el terror se hace presente.
Lo que queda es una película con algunos buenos momentos, que le escapa al conformismo de otros exponentes similares, pero que en su afán de ser diferente termina perdiéndose. Película apta para jóvenes disfrutones del terror salvaje de perturbadoras y refrescantes ideas con lo mejor visto en esta cinta con la conseguida naturalidad de su oscuro relato fantástico, pero también con lo peor de que se confunda con un producto de fábrica.
Mi 7.5 de calificación a esta pasable cinta de terror “Háblame” que va para el actual publico youtubers con una ouija en forma de mano y las posesiones más aterradoras de la compañía fílmica A24, con los australianos RackaRacka, quienes ya participaran en el pasado en la película “Babadook” (2014), ahora estrenan su ópera prima. Recordemos que en el año de 1967, la compañía Parker Brothers actualmente Hasbro, dueña de juegos como Monopoly o Cluedo, se hacía con los derechos de explotación de un objeto que llevaba décadas circulando entre la sociedad estadounidense, la ouija.
Tal fue el éxito que suscitó este extravagante juguete para contactar con los muertos que el cine lo explotó rápidamente en películas sobre invocaciones de fantasmas, desde clásicos como “El exorcista” (1973) y “Witchboard” (Juego diabólico) (1986), hasta títulos recientes como “Verónica” (2017) y “Ouija, el origen del mal” (2017). En un momento en el que este tablero alfabético ha vivido toda clase de desventuras en sus diversas adaptaciones, resulta increíble ver cómo los hermanos Danny y Michael Philippou, los célebres youtubers detrás del canal RackaRacka, consiguen darle un giro de tuerca en “Háblame”.
Y es que terminan transformando la ouija en la mano de una vidente y reconstruyendo la historia a través de unas nuevas reglas para contactar con los muertos. El posible punto de inicio de una nueva franquicia de terror (después de que los propios youtubers hayan anunciado una secuela) bajo la impronta de la marca A24, una de las compañías implicadas en su distribución internacional.
Es sorprendente que la solidez de su trama sea propia de la ópera prima de unos cineastas novatos, quienes han demostrado su amor por el cine de género con guiños evidentes a películas como “Hereditary” (2018), el título de culto de Ari Aster, del que ambos se han mostrado seguidores mayúsculos en varias ocasiones. “Háblame” también muestra su cercanía a títulos actuales que han decidido evitar el abuso de los jump scares y acercarse al “terror elevado” desde una perspectiva más demente e hilarante.
Esto al retratar temas complejos sobre el peligro de las redes sociales y la importancia de la salud mental, como veíamos también en la reciente “Bodies Bodies Bodies” (2022). Esta es una producción cinematográfica con una deconstrucción algo brillante de la historia habitual de la ouija que cuenta en su trama la típica historia de cuando un grupo de amigos descubre cómo invocar espíritus utilizando una mano embalsamada, se enganchan a esta nueva sensación hasta que uno de ellos va demasiado lejos.
“Háblame” es la estupenda puesta de largo de Danny y Michael Philippou, dos cineastas “aussies” que, tras pasarse la infancia rodando películas caseras y la adolescencia rellenando YouTube de material de calidad, han dado con una idea lo suficientemente potente como para lucir sus dotes tras la cámara. Incrustando en la narrativa la visión del mundo propia de su generación.