Lic. Ernesto Lerma.-
¡Oh! ¿Y ahora quién podrá defenderme? La respuesta es refrescante, divertida y entrañable con el filme “Blue Beetle” que es el inicio del Universo DC inesperadamente, la película del superhéroe latino se convirtió en un punto de partida. Ahora resta por ver cómo continúa el universo dirigido por James Gunn. ¿Quién hubiese pensado que “Blue Beetle” se convertiría en el estreno más relevante de 2023 en vistas al futuro audiovisual de DC? Lógicamente, la película estaba relegada en la consideración del público y los fanáticos en un año que contaba con otros tres lanzamientos de peso para el estudio.
Sin embargo, “¡Shazam! La furia de los dioses” presentó una historia autocontenida en su franquicia, mientras que “Flash” sentó las bases del multiverso y, principalmente, se limitó a sepultar la continuidad del Universo Extendido DC (DCEU) a futuro. Teniendo en cuenta que “Aquaman y el Reino Perdido” podría representar una suerte de epílogo del Snyderverso, “Blue Beetle” asoma como el inicio del Universo DC que se desarrollará durante los próximos diez años. Poco después de la confirmación de James Gunn y Peter Safran como CEO’s de DC Studios, ambos presentaron el plan audiovisual que representaría un reinicio del universo cinematográfico.
Al respecto, habían indicado que los proyectos que inaugurarán la nueva fase del estudio serían dos series a lanzarse en 2024: la animada “Creatures Commandos” y “Waller”, que cerraría la trilogía iniciada por Gunn en el DCEU (“El Escuadrón Suicida” y “Peacemaker”). En este orden, el director enfatizó que “Superman: Legacy” formalmente dará el puntapié inicial del Universo DC, programado para el diez de julio de 2025. Igualmente, la extensión del paro de guionistas y actores podría provocar cambios en este calendario. Consultado recurrentemente por las historias, personajes e intérpretes que actualmente forman parte del DCEU, meses atrás una declaración de Gunn generó que “Blue Beetle” cobrara una fuerte relevancia en vistas al futuro entramado audiovisual.
Por entonces, el CEO afirmó que el personaje integrará el nuevo Universo DC. Con el correr del año, los acontecimientos que rodearon al estudio generaron que el interés sobre la franquicia aumentara considerablemente. Más allá de los escándalos externos a la producción cinematográfica, el bajo rendimiento en taquilla de la secuela de “Shazam” y el fracaso artístico de “Flash” sepultaron las posibilidades de que sus personajes, de alguna manera, sobrevivieran al reinicio. Además, el panorama no luce alentador para que “Aquaman” de Jason Momoa, personaje clave del Snyderverso, pueda sobrevivir en el futuro universo. En línea con las declaraciones de Gunn, “Blue Beetle” no presentó conexiones con el resto de las películas y series del DCEU.
Totalmente independiente en lo narrativo, el largometraje se limitó a ser una correcta historia de origen del superhéroe y, a su vez, la posibilidad de establecer una secuela. Claro que en el metraje se menciona a otros pilares del estudio, como “Superman” o “Batman”, pero no existen referencias concretas a las caracterizaciones. De esta manera, “Blue Beetle” no sólo no tendría problemas en pertenecer a cualquiera de los universos cinematográficos, sino que, mucho tiempo después, resulta comprensible que su producción se concretara ante la cancelación de “Batgirl”. Inicialmente, ambos proyectos habían sido ideados para estrenarse únicamente en HBO Max.
Si bien más tarde se había anunciado que “Blue Beetle” llegaría al cine, la otra propuesta fue abortada, probablemente porque estaba estrechamente relacionada a las consecuencias de “Flash” y la continuidad de esa narrativa. Claro está que “Blue Beetle” no representa el inicio del Universo DC, debido a que sólo introduce un superhéroe que formará parte del futuro entramado audiovisual. El tiempo dirá si el resto de los personajes y sucesos de la historia tendrán lugar en el plan de Gunn y Safran. Pero aunque “Superman: Legacy” se encargará de inaugurar la próxima fase del estudio, no se puede negar que, de hecho, el origen del Universo DC podría situarse en la ficticia Palmera City musicalizada por Calle 13 y Soda Stereo, entre homenajes al Chapulín Colorado y María la del Barrio.
Perdón por haberte subestimado, Jaime. No fue nada personal. Salta a la vista que “Blue Beetle” es una película que llega bastante tarde, y no solo porque el cine de superhéroes está en una pequeña crisis que amenaza con agrandarse y la recepción de los espectadores ya no es la misma que hace unos años. También porque últimamente el universo de DC no le importa a casi nadie, y ahí tenemos los fracasos recientes de dicha casa de superhéroes como prueba. Sin embargo, ese “llegar tarde” que caracteriza a la película tiene otras capas de sentido que trascienden la coyuntura de su lanzamiento.
No es que “Blue Beetle” venga a contar algo nuevo. De hecho, todo lo contrario: la historia del chico que no sabe qué hacer con su vida hasta que se topa con un artefacto que le brinda superpoderes, que termina enfrentado con una corporación sin escrúpulos y apoyándose en su familia para triunfar, mientras se enamora de la chica linda pero sensible, ya la vimos miles de veces y no solo en el terreno de los superhéroes. Podría decirse que la película de Ángel Manuel Soto no tiene en cuenta lo que se hizo en el género durante todo el nuevo milenio, pero no es así, y no solo porque es la primera que presenta a un héroe de ascendencia latinoamericana como protagonista.
De hecho, las referencias al Chapulín Colorado y María la del barrio son casi declaraciones de principios, pues ambos son ya clásicos culturales con varias décadas encima, con premisas y estéticas reconocibles por generaciones enteras. En cierto modo, la puesta en escena de Soto pareciera estar diciendo que la típica película de origen del superhéroe puede seguir contándose sin problemas, si se lo hace convicción (aun coqueteando con el disparate, como en este caso) y sin cinismo. Por eso, en “Blue Beetle” conviven elementos de “El Hombre Araña”, “Iron Man”, “Batman inicia”, “El hombre de acero” y “Guardianes de la Galaxia” con autoconciencia y fluidez, en un relato que pisa el acelerador y avanza, aun con sus tropiezos, sin grandes dificultades.
Y, además, sin necesidad de construir un conflicto enredado o de gran escala, donde el destino del mundo esté en juego. Allí también parece haber un mensaje implícito para los tanques de los últimos años: quizás, a veces, menos es más y no hay necesidad de complicarse tanto. Donde sí “Blue Beetle” pareciera no tener en cuenta el cine que la precede, pero para mal, es en ciertos tramos donde las redundancias discursivas se imponen. Soto muestra no ser tan dúctil para transmitir el mensaje afectivo que propone la historia y eso lleva a que haya varios discursos redundantes sobre los deberes morales de un héroe y la importancia de la familia. Allí hay un desbalance entre drama y comedia que el filme no llega a resolver del todo.
Mi 8 de calificación a esta cinta. El nuevo universo cinematográfico de DC se enfrenta a tres grandes retos. El primero tiene que ver con la saturación y fatiga que está sufriendo actualmente el género de superhéroes debido a la proliferación de películas y series. El segundo está relacionado con el caos y la calidad irregular de las películas basadas en los personajes de DC que llevó en últimas a su reinicio. Y el tercero, y tal vez sea el más importante, tiene que ver con un público conformado en su mayoría por fanáticos racistas, xenofóbicos, homofóbicos y machistas, que rechazan tajantemente a cualquier superhéroe optimista y con visos de comicidad.
Esto porque no quieren aceptar a un superhéroe cuyos orígenes sean diferentes a los de un WASP (persona blanca, anglosajona y protestante). El camino más acertado a seguir quizás sea dejar a un lado la pregunta “¿Qué quieren los fans?” para más bien hacer unas películas de superhéroes basadas en el amor, la originalidad, la complejidad y la diversidad, algo que DC y Marvel han tratado de hacer desde finales de los años ochenta, cuando las revistas de cómics dejaron de ser leídas por las nuevas generaciones, ante la preferencia por el cine, la televisión, los videojuegos y la internet. Lo irónico del asunto está en el hecho de que los medios que llevaron al cómic a una crisis de la cual probablemente jamás se recuperará, fueron los mismos que se apropiaron de los personajes icónicos.
Sí, “Blue Beetle” es una cinta de superhéroes tradicional y hay cintas del género mucho mejores que ella, pero el alma, vida y corazón de la cinta de Soto está en que los latinos sentiremos lo mismo que sintió la comunidad afro al ver en la gran pantalla a “Black Panther”. Escuchar a un superhéroe de DC hablar de telenovelas y verlo hacer despliegue de sus superpoderes acompañado de una banda sonora compuesta por música Los Panchos, Luis Miguel, Residente, Cypress Hill y Soda Estéreo, hará que el público de Sur y Centroamérica por fin puedan romper la cuarta pared y hacer parte definitiva de un mundo de personajes fantásticos que ha cautivado a lectores, televidentes y espectadores por años.