septiembre 20, 2024
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Madison, la chica drag que sostiene una lucha

septiembre 1, 2023 | 499 vistas

Patricia Azuara.-

Cd. Victoria, Tam.-
A ella no le molesta que la llamen por su nombre de nacimiento, José Roberto, aunque la mayor parte de su entorno la conoce como Madison May, la chica drag que busca visibilizar los derechos de la comunidad LGBT, de una manera muy peculiar.

Madison nació y creció en una comunidad religiosa donde la apertura y aceptación para la personas de preferencias sexuales diferentes es muy limitada e incluso rechazan ciertos aspectos.

Originaria de Victoria, Tamaulipas, Madison hoy radica en el municipio de Matamoros, en donde emprendió una lucha incansable por los derechos de los gays y la aceptación de la comunidad “Drag Queen”.

A los 18 años asistió a su primera marcha gay. Con ayuda de su madre, compró el vestuario para el evento que se convirtió en una fiesta de celebración y reclamo de la comunidad. Fue ahí donde emprendió una carrera en busca de la igualdad.

En entrevista para El Diario de Ciudad Victoria, recordó el duro proceso de aceptación en un escenario lleno de discriminación, donde incluso llegó a buscar en páginas de Internet “la fórmula” para dejar de ser gay.

“Yo vengo de un hogar religioso, de la Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días, de los mormones, desde el inicio eso fue una atadura en el sentido que tienes que ser más varonil, tienes que hacer (algunas cosas) y en realidad muchas personas se van a identificar conmigo en el sentido de que se busque en Internet cómo puedes hacerle para ya no ser gay”.

“Muchas personas estuvieron o están en esa situación, y en un momento dije, por qué querer ser una persona que no eres. Cuando yo salgo la primera vez a una marcha LGBT fue en el año 2018 con el apoyo de mi mamá que me compró la peluca, me apoyó infinitamente en el proyecto”.

SU LUCHA

Hoy camina por la ciudad en tacones para visibilizar a la comunidad, aunque en estos años de activismo, Madison se ha enfrentado diversos problemas, irónicamente, desde la comunidad. Su meta es cambiar “la biblia” de la vida y marcar la diferencia.

A partir de ahí tomó el riesgo de salir todos los días a caminar en tacones, algunas veces vestido drag, otras de mujer e incluso con ropa de hombre

“Tristemente nos enfrentamos a otro candado que tiene la comunidad, que es la misma comunidad, porque ninguna comunidad se puede llamar comunidad, porque no estamos listos para ser comunidad, tenemos una biblia muy equivocada al juzgar a nuestro prójimo”.

“Creo que la comunidad necesita otra biblia, algo diferente, algo que diga si no es tu cuerpo no tienes que juzgar. Muchos de la ciudad decían, yo me fui para Bronswille, para Monterrey porque la ciudadanía nunca va a estar preparada para eso. Vivo en Matamoros, pero soy de Victoria”.

“Solemos decir que la ciudad no está preparada para algo que ellos consideran ‘diferente’”, señaló, al lamentar que tampoco se hace algo para prepararla.

“¿Nos vamos a esperar para que la ciudad algún día diga ‘estamos preparados para recibir a las chicas trans, a los homosexuales?’ No, porque nunca va a ser así, se tiene que luchar. Desde que me pongo los tacones camino un kilómetro y medio y aunque llegó con todo el pie hecho pedazos, vale la pena”.

DISCRIMINACIÓN

A sus 24 años, la chica drag ya enfrentó un sinnúmero de actos discriminatorios, que van desde recibir cubetazos de agua caliente hasta ser casi forzada a subirse a vehículos para obligarla a ofrecer servicios sexuales.

“Me han hecho muchas cosas”, reiteró, “pero creo que cada una de esas cosas son las que me hacen que tenga más ganas de salir adelante y seguir en tacones, porque sé que algo están viendo”, remarcó.

“Las personas al inicio se reían de mí por andar en tacones vestido de varón, hasta que lo normalicé, y ahora veo chicos en mi ciudad que andan en tacones con falda y no se vive la misma discriminación que a mí me pasaba, que te gritaban y se bajaban incluso a abofetearte”.

“Salgo dos días a la semana en tacones, no lo hago para mí, lo hago para que las próximas personas que vienen no tengan que sufrir lo que nosotros hemos sufrido, a mí por ponerme falda y una peluca me han querido subir a carros poniendo un precio y cuando uno dice no, para los hombres es a la fuerza, me han desnudado, me han aventado agua caliente”.

SUS PROYECTOS

Para Madison y su comunidad drag vienen cosas grandes, sin embargo, en el camino de estos importantes proyectos llegan también los actos de discriminación, como el ocurrido recientemente, donde en el restaurante de un lujoso y moderno hotel de Matamoros se les negó atención.

“Viene un proyecto muy grande para mí y las drags de mi ciudad conseguimos que la primer transgénero en televisión, Wendy Guevara, venga a Matamoros. En los preparativos del evento nos citaron un hotel muy moderno en la ciudad”.

“Que no se había visto en la ciudad que tiene hasta central de carga para los carros eléctricos, nos sorprendió y fue bastante el contraste cuando entramos e hicimos nuestra orden y nos dijeron que nos retiráramos, que el hotel se había reservado los derechos para servirnos comida”.

“Ahí el contraste de cómo están tan avanzados en tecnología y ni siquiera pueden recibir a personas con diferentes preferencias sexuales que no le afectan a las demás personas”, lamentó.

La activista hizo un llamado al respeto, la tolerancia y la igualdad, cambiar esa manera de pensar y priorizar el respeto y la libertad de cada persona.

DRAG QUEEN

Drag queen es un término que describe a una persona que se caracteriza y actúa a la usanza de un personaje de rasgos exagerados, con una intención primordialmente histriónica que se inspira de las nociones tradicionales de la identidad de género y los roles de género.

No debe confundirse con ser transgénero ni con ser transexual. Mientras que los términos transgénero y transexual hacen referencia a la identidad de género de un individuo, el drag es un show de entretenimiento que puede ser desempeñado por cualquier persona independientemente de cuál sea su identidad de género, por tanto el drag es una expresión artística que puede no tener ninguna relación con la identidad de género de quien actúa como drag queen.

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