Patricia Azuara.-
Cd. Victoria, Tam.-
Isabel “N” es una mujer indígena que fue llevada con engaños al sur de Tamaulipas. Nativa del norte de Veracruz, una familia le prometió mejores condiciones de vida, y ella ingenuamente les creyó. Apenas tenía 13 años.
Vivió en la esclavitud por 20 años. En ese tiempo, fue víctima de explotación laboral y sexual. Producto de las múltiples violaciones dio a luz a dos hijos que fueron dados en adopción, sin su consentimiento.
Dos décadas tuvieron que pasar para que la mujer indígena lograra escapar de sus captores. El hecho tiene poco más de un año en la Fiscalía General del Estado, sin avances, ni detenidos.
ISABEL DEBE SER UN PRECEDENTE;
NO MÁS REVICTIMIZACIÓN: ACTIVISTA
¿Cuántos casos más existen, en una entidad donde no hay políticas públicas que apoyen a este sector y la brecha de desigualdad es inmensa?, se cuestionó la activista Marta de la Cruz López.
La integrante del Colectivo Feminista “Mujer Manglar” en la zona sur de Tamaulipas recordó que el tema está completamente invisible por el simple hecho de que el estado no tiene población indígena nativa.
Sin embargo, a las autoridades se les olvidan los miles de indígenas que, producto de la movilidad, se asientan en la entidad, principalmente en los municipios de sur de Tamaulipas, aseguró.
“El Estado no cuenta con políticas de atención a comunidades indígenas como si los tienen otros estados, como Oaxaca, Chiapas, Guerrero, porque tienen una población nativa”.
Las personas indígenas y en este caso las mujeres que llegan a Tamaulipas, reiteró, están invisibilizadas y no tienen herramientas para proteger sus derechos humanos.
“Lamentablemente son muy vulneradas por esta misma condición de indígenas y que, nos guste o no, México sigue siendo un país racista, en el que a las comunidades indígenas, son seres susceptibles sobre todo de explotación”.
HAY UNA REALIDAD QUE NO SE VE EN TAMAULIPAS
En entrevista para El Diario de Ciudad Victoria, la activista aseguró que el caso de Isabel destapó la realidad que se vive en Tamaulipas y México contra la mujer indígena.
“Evidenció algo muy doloroso, cuando ella se acerca a nosotras y nos cuenta su historia, enseguida pensamos ¿Cuántos casos hay que no conocemos?, si es una realidad terrible”.
Refirió que de manera recurrente, familias de la ciudad van a las comunidades indígenas, principalmente del norte de Veracruz, a traerse mujeres para las labores del hogar; la mayoría son contratadas sin ningún tipo de prestaciones.
“Esas personas trabajan sin derechos laborales, sin día de descanso, trabajan 24/7 porque como viven en la casa, no tienen hora de descanso si los patrones quieren cenar a las diez de la noche, a esa hora hay que atenderles”.
“Trabajan más de ocho horas, son condiciones de esclavitud, la mayoría no tiene seguro social, no se les apoya en ningún sentido para que ellas continúen sus estudios, y lamentablemente no hay una autoridad que esté poniendo un énfasis en esa situación que la viven particularmente las mujeres indígenas”.
Isabel habría puesto su denuncia, pero no la escucharon por ser indígena, pobre, sin estudios, prácticamente estaba en una condición de desventaja hasta que llegó un abogado que la apoyo, pero a un año de que se abrió la carpeta de investigación, no hay una sola orden de aprehensión.
“No ha tenido acceso a la justicia y reparación del daño que se le restituya todo esto tiempo que ella estuvo en condiciones de esclavitud y sobre todo que sea precedente para que otras mujeres tengan el valor de denunciar”.
“Y así erradicar la violencia que lamentablemente siguen viviendo las mujeres indígenas cuando no debería de ser, es algo totalmente violatorio de sus derechos humanos, y de su dignidad”.
¿LA PESADILLA TAMAULIPECA?
La mayoría de los indígenas migran a Tamaulipas procedentes del norte de Veracruz y en menor proporción de los estados de Hidalgo y San Luis Potosí. Los delitos que más los laceran son explotación laboral, violencia sexual y disminución.
Insistió a los gobiernos impulsen verdaderas estrategias de prevención a través de políticas públicas para evitar que este tipo de casos sucedan y desde el Congreso del Estado se dicten las reformas, para incluir en la agenda a las mujeres indígenas.
Y sobre todo, exigió que los sistemas de justicia tengan perspectiva de género, donde la mujer indígena pueda llegar y poner su denuncia y de entrada haya traductores. Pero además que en las fiscalías encargadas de proteger al sector sean encabezadas por mujeres donde no se les revictimice.
POLÍTICAS DESDE LA RESILIENCIA: SOCIÓLOGO
Por su parte, el académico Luis Humberto Garza Vázquez, sociólogo con doctorado en Educación, aplaudió la conmemoración de la mujer indígena y lamentó que históricamente sea un grupo vulnerable.
En entrevista, afirmó que es urgente la creación de políticas públicas desde la resiliencia para el empoderamiento del sector, donde se les dé el lugar que merecen y sobre todo se respeten sus derechos.
Aseguró que es urgente que desde las instituciones de educación superior se realicen investigaciones sobre la población de la mujer indígena, y con base en estos estudios instrumentar estrategias de intervención para darles un empoderamiento.
Pidió a los gobiernos impulsen más capacitaciones y asesorías al personal que está al frente de las dependencias creadas para la población indígena, donde lamentablemente también se llegan a cometer violaciones a sus derechos.
Al considerar los estados del sur de México, donde existe un alto porcentaje de indígenas, afirmó que este rubro poblacional no está en peligro de extinción.
En Tamaulipas, dijo, sí existe un porcentaje significativo de migrantes indígenas que están propicios a ser explotados a manos de grupos que a eso se dedican.
Recordó que una década atrás, la Universidad Autónoma de Tamaulipas recibía grupos de jóvenes indígenas que llegaban a los diferentes campus a estudiar, sin embargo, a partir de la pandemia ya no volvieron.
Explicó que es momento de que el Estado busque estrategias a partir de la resiliencia. La Organización de las Naciones Unidas y el Gobierno federal ya contemplan este enfoque dentro de sus planteamientos de intervención para apoyar a la población vulnerable, detalló.
“Hoy en día ya se está tomando muy en cuenta, la resiliencia ya se vino fuerte, y políticas internacionales, ya están tomando muy en cuenta la capacidad que tiene el ser humano para enfrentarse a la adversidad a la crisis”.
“En esta política se privilegia al ser humano, sobre todo a los que se encuentran en condición de vulnerabildad, como es precisamente la mujer indígena, para eso se promovió y se ha tomado en cuenta la resiliencia”.
ESTADÍSTICAS
En Tamaulipas hay alrededor de 22.6 mil personas de tres años y más hablan alguna lengua indígena, representan el 0.7 por ciento de la población: 11.4 mil 50.5 por ciento son hombres y 11.2 mil mujeres 49.5 por ciento, según el Inegi.
La entidad no es de los estados con mayor población indígena, ocupa el lugar 26 en esta clasificación. La lengua predominante es la Náhuatl, le siguen Huasteco, Totonaca y la Zapoteca. De estos habitantes, el 0.66 por ciento no habla español.
DÍA DE LA MUJER INDÍGENA
El cinco de septiembre fue la fecha elegida para instaurar el Día Internacional de la Mujer Indígena. Celebración que nació durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América reunido en Tihuanacu, Bolivia, en 1983.
La idea era dar reconocimiento a todas las mujeres indígenas valientes que han jugado y seguirán jugando un rol importante en la pervivencia de la cultura de sus tribus, así como su lenguaje y fuerza de carácter.