Entre los escombros, los equipos de rescate marroquíes y de otras nacionalidades como la española y la británica continúan buscando cadáveres en pueblos del Atlas de Marruecos, cinco días después del terremoto que causó más de 2 mil 900 muertos y 2 mil 500 heridos.
En las montañas del Atlas, en Imi N’Tala, casi no quedan casas en pie. Todo se reduce a escombros que se esparcen como agua y bloquean la única carretera que une las aldeas de esta zona situada a unos 70 kilómetros al sur de Marrakech.
El olor a cuerpo descompuesto se hace cada vez más evidente nada más entrar en Imi N’Tala. Al final de la localidad, un anciano con vendas en la cabeza le señala con una de sus muletas a un rescatador británico, que no entiende sus palabras, dónde estaba su casa, reducida ahora a un montón de piedras.
La violencia del temblor de 7 grados en esa zona del pasado viernes quebró la montaña y las rocas desprendidas sepultaron varias de las casas.
Bomberos marroquíes se afanan con denuedo en alcanzar un cadáver localizado en la parte alta de la población. En varios minutos y numerosos intentos, consiguen mover una enorme piedra que les impedía seguir excavando y seguir sacando arena.
Unos cuarenta metros más abajo, dos perros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) española intenta localizar algún cuerpo, recorriendo en todas direcciones lo que antes era una vivienda. Son las cuatro de la tarde.
Antes de llegar a Imi N’Tala, la UME se ha pasado toda la mañana esperando en el campamento de las fuerzas de emergencia extranjeras a que las autoridades marroquíes les llamaran para ponerse en marcha.
Llevan concentrados desde el fin de semana en Amizmiz, junto a fuerzas del Reino Unido y de Qatar, además de otros equipos de rescate españoles de los cuerpos de bomberos de Granada y de Cataluña y, hasta bien pasado el medio día, no reciben la posible localización de un lugar donde podría haber cadáveres.
Tras montar el equipo en los camiones, parten junto a un grupo de emergencias británico rumbo a Imi N’Tala, a donde llegan tras recorrer una estrecha carretera por la que es necesario maniobrar cuando dos vehículos se encuentran de frente.
El paso es entorpecida tanto por la dificultad del ritmo de los camiones, como por las actividades de varias ONG locales, que llevan hogazas de pan, mantas y hasta corderos que regalan a los damnificados por el seísmo y que en ocasiones se detienen y bloquean la carretera.
Cuando llega a Imi N’Tal, el equipo de rescate de la UME tiene que seguir el camino a pie porque las rocas y los muros desechos invaden el camino.
Un centenar de personas entre los servicios de emergencias, vecinos y periodistas, se amontona sobre los restos de paredes derrumbadas y rocas desprendidas del Atlas.
A las 16:45 h local, todos sienten el mismo temblor bajo sus pies, dos veces. Es una réplica de 3.9 grados. Después de un instante de silencio, se desata el pánico y los bomberos marroquíes y las personas que están a su alrededor comienzan a correr colina abajo por temor a que todo se hunda.
Los equipos estudian la situación y tras concluir que los perros no han encontrado ningún rastro humano, deciden que es momento de volver a la base, quizá con la esperanza de mañana tener más suerte y poder ayudar a que las víctimas recuperen los cadáveres de sus seres queridos que la tierra se resiste a entregarles.
Imi N’tala , 86 cadáveres recuperados por el momento . Aquí vivían 373 habitantes , el terremoto hizo que la montaña se tragara literalmente el pueblo . Siguen buscando más cuerpos , esta mañana han podido recuperar dos . @La_SER pic.twitter.com/g58BG3FjXO
— Nicolás Castellano (@NikoCastellano) September 12, 2023
🇲🇦🇪🇸🇬🇧🇶🇦 Arrivée des secours espagnols, britanniques et qataris au douar de Imi N’tala, dans la province d’Al Haouz pic.twitter.com/XMvXpFQ9r2
— Le360 (@Le360fr) September 11, 2023
Con información de: lopezdoriga.com