Agencias.-
En los últimos días se ha hablado sobre la infidelidad de Adianez Hernández a su esposo y padre de sus hijos, Rodrigo Cachero, con la pareja de Larisa Mendizábal, quien hace años mantuvo una relación con Cachero y de la que nació su hijo Santiago.
Después de que Larisa Mendizábal destapara la infidelidad y que Rodrigo Cachero saliera a hablar sobre el tema, ahora fue Adianez quien rompió el silencio por medio de un largo video publicado en Instagram. En dicho clip expuso detalles de lo que sucedió, esperando que los ataques en su contra disminuyan.
“No tenía nada de ganas de contestar todo lo que está pasando, este bombardeo. No soy una persona que no dé la cara, así que aquí estoy y quiero hablarles desde lo más profundo de mi corazón, como mamá y como ser humano, y creo que todos los seres humanos estamos llenos de debilidades y errores”, señaló.
La actriz dijo que desactivó los comentarios de sus redes sociales porque hubo personas que comenzaron a insultar a sus hijos, “entiendo perfectamente que me quieran juzgar, ultrajar, lo que no comprendo es que le escriban a mis hijos, los involucren a ellos, que en todo caso fue mi decisión. Con mis actos, como hice las cosas no los cuidé, no los protegí”.
“Dejé de pensar en ellos, pero no es justo que los estén atacando”, recalcó Hernández, quien expresó que “con Rodrigo mi amor se terminó, ya sé que debía haberme separado con tiempo y haber hecho las cosas de una mejor manera, pero a veces es más fácil decir que hacer. El imaginarme romper a mi familia me dolía muchísimo, fue muy difícil”.
“Yo sé que no lo hice bien, lo reconozco. Hoy ofrezco mis más sinceras disculpas a Larisa Mendizábal y a todas las mujeres que indirectamente se sienten identificadas con el dolor de una mujer. Pido disculpas a mis papás, a mi mamá por el dolor causado, a mis hermanos, al padre de mis hijos, a Santi. No supe controlar mis emociones y sí, me enamoré”, puntualizó.
Finalmente, pidió a Rodrigo Cachero reconocer que él también realizó acciones con las que se sintió descuidada dentro de su relación; “mis hijos merecen escuchar que su mamá no es la villana del cuento”; aceptó que lo que sucedió en parte ocurrió desde su debilidad, “no ser escuchada y sentirme abandonada en muchos sentidos”.