diciembre 12, 2024
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septiembre 15, 2023 | 146 vistas

Agencias.-

La luz de Amy Winehouse era tan potente que se consumió con gran rapidez, tan sólo ocho años sobre los escenarios bastaron para que se ganara su pase a la inmortalidad, no sólo por ser una artista que revitalizó el R&B y el soul, también por la tragedia que envolvió su vida y la llevó a su muerte.

La artista nació un 14 de septiembre de 1983 en Londres en el seno de una familia judía de origen modesto; Mitchell, su padre, era conductor de taxi y Janis, su madre, una farmacéutica, esta futura estrella ya tenía un hermano mayor de nombre Alex.

El amor por la música le vino a través de su papá, quien le cantaba temas que hizo famosos Frank Sinatra, que le gustaron tanto a esta niña que en la escuela tenían que pedirle que parara de cantar. A los nueve años vivió dos momentos que marcaron su vida: el divorcio de sus padres y su ingreso a la Escuela de Teatro de Susi Earnsh.

En ese lugar, su contacto con el arte fue definitivo. A los diez tuvo su primera banda de rock llamada “Sweet ‘n’ Sour”. Con menos de 15 años comenzó a tocar en bares de Londres con una banda de jazz femenina. Tenía tan sólo 16 años cuando firmó su primer contrato con el productor Simon Fuller en 1999, con quien permaneció hasta 2002.

Un año después fue EMI quien la recluta y es ahí donde conoce a Salaam Remi, quien produciría sus dos álbumes. “Frank” (2003) fue su primera producción discográfica, en la cual la mayoría de las canciones estaban coescritas por ella y con una marcada influencia del jazz; el disco recibió buenas críticas y Amy recibió sus primeras nominaciones.

Es en esta etapa cuando conoce a Blake Fielder-Civil, su punto de quiebre, porque comenzó con él una relación tóxica, donde hubo infidelidad por parte de él, ya que seguía viendo a su exnovia mientras estaba con la cantante, hasta que decidieron terminar, fue entonces que Amy comenzó a tomar antidepresivos y a luchar nuevamente contra la bulimia.

Este episodio dio paso a uno de los discos más destacados en lo que va del siglo, “Back to Black” (2006), éste fue dedicado a Blake, pero también fue el que la catapultó a la fama; en 2007 decide darle una segunda oportunidad a Blake, pero esta vez contraen matrimonio en Estados Unidos, así vuelve a consumir drogas y todo es cuesta abajo para la intérprete.

Escándalos, entradas y salidas en centros de rehabilitación, pleitos con su pareja, deterioro físico, su divorcio en 2009, y desastrosas presentaciones, como la que aconteció en 2008 en el festival Rock in Río III, donde empezó tarde y en visible estado de ebriedad, o en 2011 en Belgrado, Serbia, donde ofreció el peor concierto jamás visto, ya que no podía ponerse de pie y mucho menos cantar.

La tragedia se veía venir desde tres días antes de su muerte, cuando acudió a una presentación de su protegida Dionne Bromfield, donde intentó cantar, pero su voz no alcanzó las notas y se limitó a bailar, al día siguiente su madre la encontró en estado inconveniente y se dio cuenta que la cantante tuvo una nueva recaída, lo único que hizo fue pedirle que ya no tomara más, un consejo que Amy no siguió. Unas horas después, falleció.

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