Patricia Azuara.-
Cd. Victoria, Tam.-
Eran las 5:30 de la tarde del uno de septiembre de 1977 cuando el excelentísimo señor Alfonso Hinojosa Berrones, en previo acuerdo con consultores y presbiterio, declaró fundado el Seminario Diocesano Menor de Ciudad Victoria. Este 2023 cumplieron 46 años de formar sacerdotes.
En aquel entonces, estuvieron presentes en el sencillo acto inaugural autoridades eclesiásticas, los 14 alumnos que serían los primeros 14 seminaristas, algunos de sus padres, religiosas de la Iglesia de Nuestra Señora del Refugio y otros hermanos laicos incluido el maestro.
El Padre Formador, Juan Carlos López Martínez, relató lo anterior, al informar que en la actualidad llevan a cabo una campaña intensa de promoción ya que las vocaciones sacerdotales disminuyeron 50 por ciento la última década.
Además, de cada cinco jóvenes que ingresan, tres desertan y solamente dos perseveran en el camino de formación, que son alrededor de diez años.
“El porcentaje ha disminuido en la última década un 50 por ciento y con esta promoción queremos alcanzar la meta pues de recuperar al menos esos números que teníamos antes de esta disminución, tener 30, 40 seminaristas en todas las etapas de formación”.
“De un tiempo para acá ha habido una disminución de las vocaciones a la vida sacerdotal y eso se notó dentro de la iglesia y se propuso un trabajo de promoción de la vida sacerdotal, un trabajo de promover la oración por las vocaciones sacerdotales”.
SE HA LEVANTADO, PERO POQUITO
Gracias a la intensa promoción que llevan a cabo, celebró, el pasado mes de agosto ingresaron siete nuevos seminaristas a la Diócesis, ingreso que no habían tenido desde hace ya varios años.
“Entraban no más de cinco, creo que era lo máximo que había entrado, pero en esta ocasión tuvimos el ingreso de siete, entonces pues sí estuvo la situación crítica, perdón, pero actualmente hemos estado aumentando las vocaciones”.
La situación la atribuyen a los cambios abismales que presentan el mundo, donde prevalecen las ofertas de dinero, éxito y fama, que resulta ser más atractivo para los jóvenes.
“Las intenciones y deseos de un joven actualmente pues se ve invadida por toda esa oferta que el mundo da, que el mundo tiene y el camino de renuncia, el camino de humildad, de pobreza, castidad, obediencia, pues no es atractivo”.
“Pero hay que ofrecer las bondades de todo eso, o sea, es una renuncia por un bien mayor que no es una vida sin amor sino un amor que es más grande que el carnal y es el renunciar, llevar una vida austera, una vida con lo que necesitamos porque lo importante no es esta vida sino la vida eterna”.
PIDEN MÁS SACERDOTES
El sacerdote es llamado por Dios para ser testigo del Evangelio, para ser un portador de esperanza, para ser un profeta en medio del pueblo, para anunciar y denunciar, para administrar los sacramentos que nos dan la fuerza necesaria para continuar nuestra vida, remarcó al invitar a los jóvenes a unirse a esta maravillosa vacación.
“El sacerdote es el mensajero de paz, el que anuncia la paz que Dios nos trae con su muerte y resurrección, es el que nos da la salvación que nos viene de Dios, que nos transmite esa salvación por medio del anuncio del Evangelio, por medio de la vivencia de los sacramentos”.
El ser sacerdote es una gracia, una gracia de parte de Dios para todo el que se siente llamado y es un camino también de renuncia, pero también de muchas alegrías, de muchas satisfacciones, recordó.
Afirmó que las formas de vida de otras iglesias, de otras religiones no deberían ser opciones para los jóvenes, pues sólo en el catolicismo hay verdaderos testimonios sacerdotales.
“Ha conocido el seguimiento de Jesús entonces él hace esta opción por lo que conoce, porque la renuncia al mundo y el seguimiento de este valor del celibato pues no es un camino de aislamiento, de soledad o de represión sino es como el abrazo de una forma diferente de amar”.
MOTIVO DE AGRADECER AL SER DIVINO
Y en estos 46 años, indicó, es un motivo para darle gracias a Dios.
“Por estos 46 años en que gracias a la generosidad del pueblo de Dios con su ayuda material espiritual hacen posible que exista este semillero donde se van formando las vocaciones a la vida sacerdotal que Dios siembra en el campo de la Iglesia”.
“Y es también una invitación para seguir orando para seguir motivando a todos aquellos jóvenes que tienen esta inquietud y que lo sintamos como parte nuestra”.
El seminario es el corazón de la Diócesis, concluyó, “decía San Rafael Guisar y Valencia, a un obispo le puede faltar su mitra, su cátedra, su báculo, pero nunca le debe faltar un seminario, que es donde van surgiendo proveyendo los sacerdotes, el clero para atender a todo el pueblo de Dios”.
SELLO MENOR
Un seminario menor es un centro educativo propio de la Iglesia católica destinado a la formación de jóvenes y adolescentes candidatos al sacerdocio, mientras cursan los estudios obligatorios previos a la formación universitaria.
Los seminarios menores normalmente tienen un régimen de internado, tutelado por sacerdotes diocesanos o de alguna congregación que acepte candidatos propios para el ingreso al seminario menor.
El fin último del Seminario Menor es ayudar a los adolescentes que muestran una vocación de sacerdocio, a que la comprendan, la cultiven y puedan acceder al seminario mayor.