Más de 100 organizaciones de la sociedad civil y tribus de Norteamérica enviaron una carta al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para pedirle revierta la decisión de dejar sin efecto las leyes que protegen a las comunidades fronterizas y la vida silvestre para acelerar la construcción del nuevo muro entre Texas y Tamaulipas.
“Esperamos que el presidente Biden atienda nuestro llamado a restaurar las protecciones legales para el aire limpio, el agua limpia, las tumbas indígenas y las especies en peligro de extinción”, expresó Laiken Jordahl, campañista del Centro para la Diversidad Biológica (CDB).
La misiva fue firmada por el CDB, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), Sierra Club, Earthjustice, GreenLatinos, Defenders of Wildlife, la tribu Carrizo Comecrudo y United We Dream, entre muchas otras.
“Las comunidades fronterizas, la vida silvestre y las naciones indígenas merecen los mismos derechos y protecciones que todos los demás en Estados Unidos. Es desconcertante y cruel que la administración planee ignorar estas leyes vitales para construir un muro destructivo que el presidente admite que es inútil”
La exención del 5 de octubre marcó la primera vez que una administración demócrata dejó de lado las protecciones para las comunidades fronterizas y la vida silvestre para construir muros fronterizos. En el anuncio, la administración dijo que tomaría “medidas inmediatas para construir barreras y caminos” a lo largo de la frontera, incluso a través del frágil hábitat cerca del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Valle Bajo del Río Grande.
“Los funcionarios federales han afirmado falsamente que no tenían más opción que renunciar a las protecciones para las comunidades fronterizas y la vida silvestre, pero esta terrible decisión fue sólo suya y tienen el poder de revertirla”, destacó Laiken Jordahl.
Según las organizaciones y tribus firmantes, la construcción del muro en el condado de Starr en Texas, que colinda con los municipios de Camargo y Miguel Alemán, en Tamaulipas, impedirían que la vida silvestre llegue al Río Grande (Río Bravo), y destruiría el hábitat nativo.