Patricia Azuara.-
Cd. Victoria, Tam.-
“Hace cinco años mi mundo estaba de cabeza”, y estalló en llanto al recordar el momento en que recibió un positivo de cáncer. Aun con los pronósticos en contra, por su mente jamás pasó la palabra “muerte”.
Esmeralda Camacho apenas cumplía los 44 años de edad, cuando la vida le puso la mayor prueba que puedo imaginar. Viuda, con dos hijas, su mundo podría desmoronarse si flaqueaba, así es que tomó el “toro por los cuernos” y retó al destino.
Ella no encuentra otra explicación más que, una noche Dios la despertó para detectar esa bolita que asemejaba un cartílago. Se autoexploró y sintió esa rara forma en su seno derecho.
Su rutina día a día era levantarse y preparar todo para salir a trabajar y dejar a sus hijas en las escuelas, entonces cursaban la primaria y la universidad. Ese día despertó y nada cambió.
Salió de la casa como todas las mañanas y siguió su itinerario sin cambio alguno. Llegó a su centro de trabajo y esperó que dieran las nueve de la mañana para llamar al hospital. Fue del baño de la escuela donde labora que se comunicó al nosocomio.
Con la esperanza firme y la fe intacta, sacó una cita de urgencia, para descartar o confirmar lo que temía: el carcinoma quería apoderarse de su cuerpo, pero ella no lo iba a permitir.
¿POR QUÉ?
Tras una serie de estudios, finalmente comprobó las sospechas. Nunca se preguntó ¿por qué? Más bien enfrentó la situación, siempre con la mente positiva. El cáncer no es sinónimo de muerte. El cáncer no le ganaría la partida.
“Mis hijas ni siquiera sospechaban lo que enfrentábamos, porque yo traté que no supieran hasta que fuera cien por ciento seguro. Me hacen los estudios y ven algo anormal, el movimiento de la cabeza de doctor me confirmaba que había algo no muy grato”.
Le digo yo al doctor, que un 80 por ciento de probabilidades de que era cáncer, y yo le digo más o menos, y me dijo que el 95 por ciento, era solo esperar el resultado por la forma del tumor que es asimétrica y cuando ocurre es cáncer.
Tendrían que pasar 15 días para recibir los resultados, le dijeron en el hospital, al que no dejó de acudir una sola mañana en busca de respuestas.
“Le avisaba a mi director que iba a llegar un poco tarde para ir al hospital, hasta que un día me dijo la enfermera, ya no venga, le digo sí porque a mí me importa, yo quiero inmediatamente saber y tenerlos en mis manos”.
LA LLAMADA DEL MIEDO
Fue un jueves del mes de septiembre cuando recibió una llamada de la enfermera: “Esmeralda ya están tus resultados. Estaba con un grupo dando clases, dejo todo y salgo; fueron positivos”.
En su primera cita, fue tajante. Quería que le extirparan los dos senos; ya no los quería. Proceso al que el médico se negó.
“Yo dije, ya dieron vida y en mi proyecto de vida yo no deseaba tener otro hijo, entonces el doctor no aceptó. Me vio muy segura, pero me dijo que se me iba a quitar solo uno de seguir en control”.
A punto de iniciar el tratamiento de quimioterapias le recomendaron un corte de cabello para que la caída fuese menos “dolorosa”. Su larga cabellera a mechas se redujo a un corte pegado al cráneo.
Entonces lo que más le aterraba era salir a la calle con turbante, pues eso de que la miraran como “bicho raro” no era de su agrado. Pero esa situación también la enfrentó con la misma fuerza que todo el proceso de su enfermedad.
Al cumplir la totalidad de las quimioterapias y todo el tratamiento, Esmeralda logró vencer esta mortal enfermedad, que es la principal causa de muerte por cáncer en las mujeres.
NO SOY UNA GUERRERA: ESME
A Esmeralda le desagrada que le digan guerrera por el hecho de haber padecido cáncer. Ella asegura que todo ser humano que viene a este mundo se convierte en un guerrero por el simple hecho de nacer.
El cáncer la trató bien, recordó, y hoy vive para contarlo. Recomendó no temerle a un resultado de esa magnitud, pues el cáncer es curable. Además, hizo un llamado a las mujeres a realizarse las autoexplotaciones y acudir a los médicos.
También dijo que el mes rosa debe extenderse los 12 meses del año, y que sea un tema permanente en la agenda de las autoridades y la sociedad.
DÍA DEL CÁNCER
El 19 de octubre se celebra el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, para sensibilizar y concienciar a las mujeres de todo el mundo sobre la importancia de realizarse un examen de mamas regularmente, con la finalidad de detectar cualquier signo o anomalía.
Esta fecha ha sido impulsada por organizaciones de pacientes de todo el mundo para promover el diagnóstico precoz del cáncer de mama, así como incrementar el acceso de la población femenina a los controles y tratamientos oportunos de esta enfermedad.
¿POR QUÉ SE CELEBRA EL DÍA
CONTRA EL CÁNCER DE MAMA?
El cáncer de mama constituye la primera causa de muerte en la población femenina a nivel mundial. De acuerdo a las estadísticas emitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad representa el 16 por ciento de todos los cánceres en pacientes femeninos.
Por otra parte, se estima que una de cada ocho mujeres tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida, razón por la cual es de vital importancia realizar una evaluación regular de los senos.
Se ha determinado que la detección precoz del cáncer de mama incide notablemente en la modificación del pronóstico de la enfermedad, incrementando las posibilidades de curación hasta en un cien por ciento.
EN TAMAULIPAS
La Secretaría de Salud dio a conocer que el año pasado fallecieron 279 mujeres por cáncer de mama y en lo que va del 2023 perdieron la batalla 174.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los estados con las tasas más altas de mortalidad por cáncer de mama fueron: Colima, 26.94; Tamaulipas, 24.49; Sonora 23.59; Chihuahua 23.07; y la Ciudad de México, 22.73.
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