Agencias.-
Cuando Scout Frank perdió a su madre, decidió colocar parte de sus cenizas en un collar para sentir que la tenía cerca.
Pero en su proceso de duelo encontró la manera de llevarla realmente bajo la piel: con un tatuaje.
La tatuadora Kat Dukes incorporó la práctica con cenizas hace tres años y medio cuando uno de sus clientes le comentó que quería homenajear a su perro de una forma aún más íntima.
Dukes afirma que no existe ningún riesgo de contaminación o infección por usar cenizas de cremación y que una inspección sanitaria constató que su trabajo es seguro y que su estudio no viola ninguna norma.